Casi 100 años debieron pasar para que comenzara a hacerse realidad el proyecto de la construcción de la capilla Gaudí en Rancagua.
Diseñada por el arquitecto catalán Antonio Gaudí para el Templo de la Sagrada Familia en Barcelona, fue cedida al padre franciscano Angélico Aranda en 1922. Por ello, Rancagua será la única ciudad en el mundo en albergar una obra de Gaudí fuera de España.
Y han sido varios los actores públicos y privados que se han sumado a este proyecto: Por ejemplo, la municipalidad de Rancagua entregó en comodato por 99 años terrenos del Parque Cataluña para su construcción.
Pero hoy, el futuro de esta obra se ve golpeado por una noticia que empaña los esfuerzos que la han rodeado. La empresa a cargo de las obras, Ingeniería y Construcción Cosmito Limitada (Iccos), solicitó ante tribunales la declaración de quiebra a solo dos meses de iniciar los trabajos, dejando sumido en la incertidumbre la concreción del mega proyecto.
Los hechos son indesmentibles ya que las obras hace algunas semanas no avanzan de acuerdo a lo programado, lo que encendió la luz de alarma de las autoridades.
Tras esto, lo importante ahora es saber qué va a pasar con el futuro de esta obra, ya que inmediatamente se vienen a la cabeza malos recuerdos respecto a otros emblemáticos proyectos que se complejizaron a medida que avanzaba el tiempo y que para ser finalmente una realidad debieron recorrer un rumbo acompañado de críticas y cuestionamientos.
Hoy frente al evidente problema que enfrenta el proyecto de la Capilla Gaudí, la autoridad tiene la obligación de entregar a la ciudadanía certezas y señalas claras respecto al futuro de esta emblemática obra, en materias tan complejas como plazos y financiamientos (cuyo costo bordea los $5.300 millones), y así evitar generar incertidumbres y dudas que solo opacarán la materialización de este proyecto.