Pablo Ignacio Calandria la noche del lunes alcanzó una cifra histórica para su registro personal en su carrera como futbolista. Ante Cobresal, el ariete de 33 años llegó a su gol número 50 vistiendo la camiseta de O’Higgins, con su doblete para la victoria celeste por 2-0 sobre el conjunto nortino.
En la historia del delantero argentino, que emergió a fines de los 90’ desde las divisiones inferiores de Huracán y que en solo seis meses dio el salto a un gigante del fútbol francés, como Olympique de Marsella, Rancagua tiene un lugar más que protagónico.
Con 30 años y tras transitar en una decena de clubes de España, Argentina y Chile, sumando cerca de 80 tantos oficiales en más de diez años, Calandria se ganó el corazón del exigente hincha rancagüino a punto de lo mejor que sabe hacer, goles. A tal punto que se ganó el apodo de ‘Cracklandria’.
“Una alegría inmensa ser parte de la historia de este club, haber obtenido el primer título de su existencia, y con la ayuda de mis goles seguir siendo parte de esta institución. Cosas como estas (marcar 50 goles) lo ponen a uno muy feliz y contento”, comentó el artillero del Capo de Provincia, respecto al hito de alcanzar la media centena de dianas con los colores que lo llevó a vestir Eduardo Berizzo el año 2013.
Por ese entonces, el fichaje del trasandino que venía desde un irregular paso en Universidad Católica y Santiago Wanderers fue resistido por el hincha rancagüino, pero Calandria siempre expuso “no es fácil para el que viene de afuera, porque la gente le exige un poco más, por suerte entré con el pié derecho y desde un primer momento empecé a marcar goles”.
El goleador retrocede en el tiempo y tiene claro que “los goles ayudaron a que la gente me aceptará de una forma más rápida. Después vino seguir marcando en momentos importantes del equipo, lo cual terminaría siendo clave para que la gente me llegue a querer de una forma que realmente a uno lo pone contento”.
A la hora del podio de los festejos más recordados, el atacante ni lo medita y recuerda el 7 de diciembre en el estadio Fiscal de Talca donde convirtió el penal que le dio la posibilidad a O’Higgins de ir a la súper final contra Católica, que terminaría llevándose.
“Siendo reiterativo, sabemos que el gol de Talca es el más importante. No hay duda del valor que tuvo, pero bueno, todos (los goles) en distintos aspectos ayudaron al (primer) campeonato del club”.
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