La enfermera Ana María Lübbert, encargada del Programa del Adulto Mayor de Salud Machalí, aseguró que “los cambios bruscos de temperatura de un ambiente cálido a uno frío y viceversa, además de producir virosis respiratoria, exacerban las crisis asmáticas y las enfermedades respiratorias”.
La especialista señaló que “esto se produce ya que en general, en la vía respiratoria los senos paranasales y nariz cumplen la función de humedecer y calentar la temperatura del aire que respiramos, y que llega a la parte bronquial y alveolar del pulmón”.
Asimismo, añadió que “en esta época del año tenemos principalmente dos grupos de riesgo: los niños y los adultos mayores, puesto que corren mayor peligro de padecer bronquitis y bronconeumonía”.
“En los cambios de estación, por ejemplo ahora en otoño, el cuerpo se vuelve más vulnerable a las infecciones y virus que en otras estaciones del año, esto se debe principalmente porque el organismo debe adaptarse al cambio climático. Esta adaptación del cuerpo también incluye al sistema inmunológico por lo que resulta importante estar con las vacunas al día”, explicó.
Principales recomendaciones
La profesional de la salud aseguró que se debe abrigar adecuadamente a los más pequeños y adultos mayores para mantener una adecuada temperatura corporal. Asimismo, respirar por la nariz y mantener la boca cerrada al salir al aire frío, si es posible usar bufanda que la cubra.
Es importante evitar el exceso de calefacción y cuando se salga a la calle o a otro lugar más frío, abrigarse de manera de compensar el cambio de temperatura. También, explicó que es recomendable evadir los lugares cerrados con poca ventilación y con muchas personas (centros comerciales, hospitales, transporte público).
En la misma línea, no se debe abusar de los humidificadores de aire y se aconseja ventilar las habitaciones, al menos una vez al día y cerrar las ventanas antes del atardecer.
Lübbert señaló que resulta fundamental no excederse en el abrigo, ya que la sudoración también es perjudicial y produce enfriamiento.
Al realizar deporte nuestra temperatura corporal aumenta, por ello al dejar de hacerlo, debemos cubrirnos con más vestimenta para seguir manteniendo más o menos la misma temperatura, y así evitar los descensos bruscos.
Por último, indicó que se debe evitar el contacto con personas enfermas.