La vida ajetreada, los problemas y dificultades, incluso la incertidumbre frente a algunos contextos, nos predispone a pasar por estados ansiosos, de estrés o de angustia. Para todos estos casos, un pequeño tiempo de cariño junto a nuestras mascotas es una excelente terapia.
Animales como los perros y los gatos son bastante afectuosos, y “cuando compartimos con ellos recibimos este afecto sin ser juzgados por nuestro estado de ánimo, y nosotros mismos les entregamos cariño sin avergonzarnos. Eso es destacable, ya que vivimos en una sociedad en que el contacto físico se ha perdido y a través de los animales recuperamos ese valor de estar cerca de otro”, explica Julie Vásquez, experta en terapia asistida por animales y académica de Terapia Ocupacional de la Universidad San Sebastián (USS).
A nivel cerebral, el contacto con una mascota desencadena reacciones que provocan bienestar, sacando a la persona de estados emocionales negativos. “El contacto genera una liberación de neurotransmisores que producen relajación y placer. La persona empieza a sentirse más distendida y alegre, y puede disfrutar de las actividades que está realizando”, puntualiza la experta.
El efecto de calma fruto de esta interacción es inmediato, pero “cuando compartimos con ellos, habitualmente, esto empieza a formar parte de la vida, fomentando una actitud relajada frente a situaciones que forman parte de la cotidianeidad”, continúa la terapeuta ocupacional.
¿Qué nos enseñan los animales?
Asimismo, la experta hace hincapié en la capacitación que deben tener los animales de contención emocional. “En Chile están de moda los perros para estos fines, pero muchas veces no son adiestrados, ni siquiera son seleccionados, simplemente son las mascotas con las que las personas se sienten más seguras”, explica la terapeuta.
“Creo que es importante hacer un cambio en la Ley 20.025 (que regula el uso de perros de asistencia) e incluir a los perros de contención emocional. Independiente del afecto que nuestras mascotas nos entregan a diario, para casos especializados no sirve cualquier perro, tiene que ser un perrito estable emocionalmente, porque para darle estabilidad emocional al otro él tiene que estarlo primero”, concluye la académica USS.