Son varios los factores que se han conjugado para proyectar una compleja temporada en materia de incendios forestales en la región de O’Higgins. Entre estos, la grave sequía que está azotando el país, el cambio climático y las altas temperaturas que se avecinan en la época de verano.
Es por ello que en la región se están tomando las previsiones necesarias para combatir lo que podría ser la peor temporada de incendios forestales de los últimos años.
Al respecto, Marcelo Cerda, director regional de Conaf, explica que el hecho de que la temporada se esté iniciando en septiembre se debe a que ya se está hablando de condiciones climáticas adversas.
“Vamos a tener un verano muy seco con temperaturas altas y también se pronostican fuertes ráfagas de viento. Esas son condiciones que favorecen al incendio, por eso estamos partiendo antes”, dice la autoridad.
“La época de mayor incidencia se concentra entre diciembre, enero y febrero», reconoce el director regional de Conaf, quien explica que «estamos atacando en dos frentes: Por un lado, haciendo mucha prevención, educación ambiental y trabajando con las comunidades». Por otro, «estamos armando todo nuestro equipo para un combate directo. Vamos a tener más de 400 personas y cerca de 20 brigadas”, destacó Cerda.
Por su parte, Claudio Araya, Comandante del Cuerpo de Bomberos de San Vicente y presidente del Consejo de Comandantes de la región de O’Higgins, indicó que se han trazado diversas estrategias para palear lo que será esta temporada de incendios forestales, considerando una importante división de la región.
“Tenemos el sector costa, donde hay incendios de bastante magnitud y de gran superficie, pero también tenemos los valles ventrales y los incendios de cordillera que no son de tanta magnitud, pero sí de rápido avance y tienen mucho tema de vivienda», explicó Araya.
Detalló algunos planes de contingencia. Por ejemplo el plan Colchagua «para el despacho de máquinas de forma progresiva, que si se nos genera una emergencia en el sector costero se responde con las 4 primeras unidades del sector y se van incorporando cuatro máquinas dependiendo del nivel de alerta o de avance de la emergencia”.
Agregó que “eso mismo lo tenemos replicado acá y nos permite juntar 16 carros rápidamente en el transcurso de 2 horas y una cantidad de bomberos que puede llegar de 80 a 100 en ese mismo lapso de tiempo. Eso nos permite trabajar de forma más rápida y efectiva el tema del control inicial de la emergencia que es donde debemos darle el primer combate”.
Concuerda que “los meses peak para nosotros debieran ser diciembre, enero, febrero. Esos son los más peligrosos por el tema de la temperatura, vamos a tener muy poca agua para el control y combate de los incendios, lo cual ha llevado a Bomberos a cambiar su formato de trabajo, alinear conocimientos con Conaf en este caso, quien nos está capacitando para poder trabajar de forma eficiente sin agua en algunos incendios forestales”, concluyó el voluntario.
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