Tras dar un concierto en el Parque Hayarkon de Tel Aviv para más de 60 mil personas, Jennifer Lopez paseó por la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La cantante aprovechó la oportunidad para visitar la iglesia del Santo Sepulcro y el Muro de los Lamentos, donde rezó rodeada de fanáticos y cámaras.
Lopez asistió al lugar sagrado usando una camisa blanca desabotonada, que dejaba ver su escote y parte de su ropa interior.
La intérprete de Papi estuvo acompañada por su hija Emme y su hijo Max, ambos de 11 años, una de las hijas de Alex Rodríguez, su manager Benny Medina, su hermana Lynda López, y su novio, el beisbolista Alex Rodriguez, además de sus guardaespaldas.
Cabe destacar que esta no fue la única crítica que recibió la cantante antes de su concierto, la acusaron de escoger bando en el conflicto de Medio Oriente e ignorar a Palestina.