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Editorial

Editorial: Pensiones y otras distorsiones del sistema

MIÉRCOLES, 31 DE OCTUBRE DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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El gobierno ya mostró sus cartas y dio a conocer los principales lineamientos que tendrá su propuesta de reforma de pensiones. El proyecto de ley incluye un aumento gradual de la cotización, hasta llegar a un 4%, con cargo al empleador; además de fortalecer el Pilar Solidario y las pensiones de las mujeres, así como proponer incentivos para postergar la edad de jubilación.

Aunque el anuncio del presidente Sebastián Piñera ha encontrado reparos en la oposición y en algunos sectores del empresariado, especialmente de aquellos que aseguran que podría afectar el empleo, existe un diagnóstico transversal que estima que el sistema de pensiones necesita modificaciones.

Por ello, en este escenario es clave abrirse al debate, escuchar a todos los actores y trabajar por cambios que terminen beneficiando a la gran mayoría de chilenos, que proyectan jubilaciones muy por debajo de las expectativas.

Y aunque el debate se anticipa complejo, debe darse bajo márgenes de responsabilidad política. En este sentido, es imperioso que las modificaciones al sistema de pensiones se logren antes del término del gobierno de Sebastián Piñera. El mandatario ya puso como plazo el 2020 para que entre en régimen esta reforma. Y en este sentido, el primer compromiso es que este tema quede zanjado en este gobierno y no sea heredado por la administración que llegue a La Moneda el 2022.

Las pensiones son un tema que toca transversalmente a la sociedad chilena y afecta en mayor medida a quienes tienen los sueldos más bajos: el 80% de los chilenos. Esos que hoy son parte del Pilar Solidario, de la clase media, y las mujeres.

Avanzar en esta reforma implica aumentar los aportes del Estado en base a un esfuerzo fiscal importante, enfocado en estos grupos más vulnerables, pero este tema también requiere ser abordado de manera integral, enfrentando otras distorsiones que tiene el sistema, por ejemplo, las lagunas previsionales, las cotizaciones de los trabajadores independientes, o los incentivos necesarios para la contratación de la mujer o postergar la edad de jubilación.

Todas políticas públicas que apunten a mejorar el resultado final de un sistema que, como está hoy en día, no augura buenas expectativas para el futuro de los pensionados.


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