Un largo camino han tenido que recorrer las Hermanas Hospitalarias del hogar de ancianos San José para contar con un lugar definitivo, luego que las instalaciones resultaran dañadas con el terremoto del 27 de febrero de 2010. En la actualidad las obras de reconstrucción se encuentran suspendidas a la espera de la licitación de los dineros, situación que tiene en alerta a la congregación.
La representante legal del hogar de ancianos San José de Rancagua, Cecilia Cuevas, mediante una carta manifestó su sentir por la situación que viven debido a la suspensión de la reconstrucción del establecimiento.
“Para nosotras fue muy gratificante que el proyecto de reconstrucción del hogar fuera aprobado por el Core en el año 2013 y que su ejecución se desarrollaría en el 2014 para ser entregado en mayo del 2015. Este proceso se lleva efectuando desde el terremoto del 27 de febrero y a partir de ahí esta necesidad se convirtió en una constante preocupación debido a que este proceso ha sido muy lento y doloroso”, manifestó la hermana Cecilia.
Desde ese entonces la representante legal del hogar de ancianos manifestó cómo vieron caer un proyecto que planificaban estaría ya operativo en la actualidad. “No se ha podido desarrollar un trabajo en condiciones favorables para todos, se ha retrasado demasiado la culminación debido a la paralización de las obras de reconstrucción”.
Desde ahí nace la necesidad de las hermanas por contar con un lugar definitivo, ya que si bien los ancianos fueron derivados a un lugar provisorio, estos volvieron a ser derivados y desde el 23 de junio de 2014 están ubicados en un recinto que les facilitó el Obispado de Rancagua de forma momentánea, sin embargo, deben devolver.
“El establecimiento no cumple con todos los requisitos para atenderlos de manera más eficiente según sus condiciones físicas y mentales. Actualmente tenemos 20 personas, solo damas cuyas edades fluctúan entre 65 y 102 años, con enfermedades de Alzheimer, Diabetes Mellitus, Esquizofrenia, entre otras”, indicó Cuevas.
Producto de esto denuncia que se han originado una serie de daños, siendo los más afectados los adultos mayores y quienes recurren a solicitar vacantes en el hogar, quienes deben recibir una negativa porque no se pueden acoger y recibir más ancianos bajo las condiciones en las cuales se encuentran actualmente.
En lo económico, la hermana Cecilia indicó que “últimamente existe dificultad para cubrir todos los gastos y la atención requerida por los adultos mayores. La mayoría de ellas tiene pensión con bajo ingreso (…). Existen muchas personas preocupadas por la continuidad, por el bien de nuestros ancianos, que a pesar de las políticas sociales y gubernamentales aún siguen siendo marginados y olvidados, especialmente los más vulnerables”.
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