Invicto con sólo dos goles en contra en todo el torneo; el goleador del campeonato y un cúmulo de récords batidos en un semestre. Hay justicia en el fútbol. Con todos estos números y estadísticas insuperables la Universidad de Chile es el nuevo flamante campeón de la Copa Sudamericana.
El cuadro azul volvió a ser superior a Liga Deportiva Universitaria de Quito en la final de vuelta y con una sólida presentación venció por tres goles a cero a los ecuatorianos.
No dejó dudas el conjunto de Sampaoli. Ante un estadio repleto tuvo otra sólida presentación, tal como en todo el certamen, en el que nunca conoció de derrotas. Sólo dos empates en 14 partidos.
Presionando en la salida, ocupando el vértigo como arma de fuego y la solvencia defensiva como la trinchera más efectiva se sirvió la mesa que ya había dejado servida en Ecuador.
Otra vez fue Eduardo Vargas, goleador del torneo con 10 goles, el que abrió la ruta a los 3′. Agarró una pelota en el área y con pierna zurda comenzó a cimentar la vuelta olímpica. Gustavo Lorenzetti sirvió el último sorbo a los 79′. El mejor jugador de la U y la Sudamericana, Eduardo Vargas se hizo un picnic para cerrar la goleada a los 87′.
Los últimos 10 minutos fueron un espectáculo. El público se descomprimió y el baile no paró en Ñuñoa. Ese baile al que la U invitó a todo Chile que después de 20 años vuelve a gritar campeón en un torneo continental, tras la Libertadores 91 de Colo Colo.
La Universidad de Chile pone su nombre en esa copa que tiene inmortalizada la placa de otros nueve equipos, todos gigantes de América.