Eficiencia energética en la era digital

Manejar eficientemente la energía en nuestras casas conlleva innumerables beneficios tanto a nivel individual como colectivo. Dentro de los beneficios más esperados a nivel personal está el ahorro de dinero. Si analizamos el simple ejemplo de una ampolleta, podemos ver que se produce una mejora en la eficiencia energética (y por ende una disminución en la cuenta de la luz) al reemplazar una ampolleta incandescente por una fluorescente, sin afectar mayormente el resultado final (iluminación).

Además de realizar cambios tecnológicos, existen otros factores que podrían mejorar aún más el manejo eficiente de la energía, por ejemplo: un sistema de encendido y apagado automático de luces, un sistema de regulación automatizada de intensidad lumínica (como el de las pantallas de smartphones) y un sistema de monitoreo que detecte a tiempo una ampolleta defectuosa o que permita auditar detalladamente el consumo energético asociado a iluminación. Si bien esto último parece exagerado, es una práctica cada vez más habitual en procesos productivos para monitorear y controlar su consumo energético y así mantener una operación más eficiente y, por ende, más rentable.

Hoy en día, la tecnología disponible permite que implementemos en nuestros hogares sistemas de monitoreo y control del tipo que antes sólo estaban reservados para la industria, dado su elevado costo y complejidad de implementación y operación. La tecnología que impulsa este tipo de sistemas domésticos es la llamada “Internet de las Cosas”, conocida como IoT por sus siglas en inglés de Internet-of-Things, que explicado en palabras simples son tecnologías que permiten la conexión de artefactos a internet para su posterior monitoreo y manejo remoto.

Por otro lado, las tecnologías IoT no sólo permiten monitorear el consumo eléctrico, además, permiten evaluar el desempeño de los dispositivos conectados -lo que permitiría detectar posibles deterioros y fallas antes de que esta se produzca, analizar la forma en que los dispositivos son utilizados-lo que permitiría detectar posibles malos usos y cuantificar su impacto en el consumo total, e incorporar el concepto de movilidad, es decir, el poder hacer uso de esta plataforma desde cualquier parte del mundo y a través de aplicaciones para smartphones. De esta forma, contar con una plataforma tecnológica en casa que nos permita manejar más eficientemente la energía parece cada vez más factible en la era digital.

Miguel Torres Lépez

Académico Instituto de Ciencias de la Ingeniería

Universidad de O’Higgins