Hace poco más de dos meses las nuevas autoridades asumieron sus cargos, dando inicio así a la segunda administración de Sebastián Piñera. Un gobierno marcado por altas expectativas ciudadanas, especialmente por las promesas de campaña y también porque ya cuenta con experiencia al frente de La Moneda.
La implementación del gobierno a nivel central no ha estado exenta de dificultades, especialmente en las carteras de salud y educación. Y en las regiones la cosa no ha sido distinta, con seremis que han debido dejar sus cargos y otros cuestionamientos propios de esta etapa. Y la región de O’Higgins no ha sido la excepción. Las autoridades de Minería y Gobierno han debido renunciar y la gobernación de Cachapoal también ha estado en el foco de las críticas.
Por ello, es necesario ahora que sea el turno de los liderazgos, de autoridades que se empoderen en los grandes temas regionales y que resultarán clave para el desarrollo de una zona históricamente postergada. Que se transformen en interlocutores válidos de distintos sectores que muestran interés de avanzar en grandes proyectos que permitan crecimiento, empleo y mejor calidad de vida.
Y en este sentido, es fundamental que este papel los jueguen aquellos que fueron mandatados por el presidente para asumir altos cargos en la función pública. Son ellos los encargados de asumir liderazgos necesarios para cumplir con las altas expectativas que la ciudadanía se forjó en la campaña presidencial.
Los errores y situaciones propias de la implementación de un gobierno, deben ya comenzar a dar paso a liderazgos marcados por la necesidad de desarrollo y donde, de una vez por todas, se comiencen a discutir los grandes temas que preocupan a esta región.
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