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Columnas de Opinión

La mala y la buena educación

MARTES, 21 DE MARZO DE 2017
Publicado por

Columna de Opinión



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Hay miles de jóvenes que estudian la carrera de gastronomía en variados institutos pseudo profesionales que les cobran millones de pesos, les alargan las mallas curriculares para que paguen por una formación profesional que en Europa equivaldría a una especialización de nivel secundario. Ni hablar de la formación secundaria de estas especialidades que no alcanza ni para ser ayudante.

Y es que, a estos chicos, nadie quiere decirles la verdad: que tal vez, dos o tres, y más bien por sus redes sociales y el capital cultural y económico de sus familias podrán poner su propio restaurant y, con suerte, uno, alcancé a ser un chef reconocido.  El resto estará condenado a trabajar como ayudante de cocina o garzón cuando no, se dedicará a otra cosa en su vida que le permita pagar, por, lo menos, las cuotas del crédito educacional por el que se endeudó. La gratuidad vendrá en parte a aliviar esa pesada carga que pesa sobre ellos y sus familias una vez que se gradúan.

Pero la gratuidad no cambiará lo sustantivo: la mala calidad de la educación de los aspirantes y dichas instituciones seguirán lucrando a costa de las ilusiones de miles de familias chilenas.

Igual cosa ocurre con un sinnúmero de especialidades, carreras técnicas, tradicionales y otras donde nuestros estudiantes envejecen – y se ponen viejos de verdad – recitando cosas que les serán inservibles en su vida cotidiana, escuchando lecciones o frases huecas y alambicadas que solo logran marearlos, aburrirlos y llegar a creer, sinceramente, que la vida debe estar en otra parte.

La educación formal – incluyendo nuestras universidades – están pasando por una crisis que no es solo de índole monetaria, sino que tiene relación estrecha con su sentido mismo en las sociedades posmodernas.

No es casual que los modelos alternativos de enseñanza aprendizaje, o a menor coste, ganan terreno en el mundo actual. Entidades argentinas vinculadas al rubro gastronómica de reciente instalación en Chile desafiarán a los controladores de este mercado y los vencerán sino éstos no ofrecen modelos más eficientes y a más bajos costos.

Igual cosa ocurrirá con la enseñanza formal que en Europa es cada vez más desafiada por los sistemas alternativos de educación y por maestros no tradicionales. En España, por ejemplo, dichos pilotos están obligando al sistema formal a renovase o a buscar una simbiosis con ellos.

Tal es el caso de uno que tuve la oportunidad de conocer de cerca – El Centro de Interpretación Sierra Guadarrama –  que con su enfoque basado en el aprendizaje con la naturaleza y en la interacción maestro-alumno está provocando una verdadera revolución en la enseñanza en la sierra de la comunidad de Madrid, al punto que las escuelas tradicionales están mutando hacia ellas.

Es la lucha eterna, entre la mala educación formal colonizada por burócratas de poca monta y la buena educación, innovadora, abierta al emprendimiento y que respeta y cuida su entorno.

Edison Ortiz.


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