Hace pocos días se constituyó la Comisión Ejecutiva por la universidad regional con presencia del Ministro de Educación en un salón O’Higgins repleto con personas representativas de todas las sensibilidades de nuestra Región en una ceremonia sobria, amplia y participativa.
El evento fue sin duda representativo de la magnitud del desafío que tenemos por delante y es preciso, entonces, comprender que este desafío es perfectamente posible y realizable para todos quienes nos desempeñamos como autoridades, seamos de gobierno u oposición, del ámbito público o del privado, de la denominación religiosa que sea o sin ninguna creencia, porque para todos nosotros las cosas son infinitamente más fáciles que para Verónica Guajardo y su alumna Ana. ¿Quiénes son ellas y qué tienen que ver con la Universidad de O’Higgins?
Mucho. Es más, creo que representan la razón esencial de por qué es necesaria una universidad pública en nuestra Región.
Su historia la conocí al mediodía del viernes, una vez que nos fuimos del Salón O’Higgins y llegamos al Colegio Alberto Blest Gana de la Población Dintrans de Rancagua. Allí su directora, Verónica Guajardo, nos contó que para motivar a sus alumnos los llevó de visita a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, en Santiago, donde ella cursaba un posgrado. De eso han pasado más de seis años y Ana –una de las alumnas de octavo que fue en esa visita- hoy estudia segundo año de Ingeniería Comercial en la Universidad de Talca.
Su relato se escuchó nítido en la sala del Colegio, en la que nos recibió junto a otras organizaciones para impulsar un plan de disminución de la deserción escolar. Su conversación llenó de realismo la reunión pero también de optimismo y compromiso con el futuro y con las capacidades de quienes –como Ana- tienen la fuerza y el talento para salir adelante y romper la predestinación de la marginalidad.
Esa es la clave de la universidad: la necesitamos porque nos ayudará a potenciar el desarrollo de nuestra región, pero también porque nos ayudará a creer que nosotros –como Verónica y Ana- sí podemos construir un futuro, sí seremos capaces de torcer el destino de la pobreza y el subdesarrollo y podremos proyectar a nuestra región con un horizonte para todos nuestros niños y niñas, más allá del lugar donde nacen.
Y lo haremos con el sello participativo que como Gobierno y como secretaría regional ya estamos impulsando. Construir una Universidad Pública, la primera en la historia de nuestra región, es el compromiso de nuestra Presidenta para que los sueños de todos nuestros niños y niñas puedan realizarse.
Alyson Hadad Reyes
Seremi de Educación de O’Higgins
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