María Elena Claro Lyon, Directora Regional Junji.
Toda madre piensa que sus hijos deben estar a su lado, ya que no existe nadie que los pueda cuidar mejor que ella porque los amamos de manera única y daríamos todo por su bienestar. Sin embargo, sabemos que llega un momento en que es necesario dar un paso al costado para que ellos comiencen a crecer por sí mismos y empiecen a desarrollar sus habilidades.
Estudios especializados nos hablan que durante los primeros cinco años de vida del ser humano, el cerebro tiene la capacidad de captar una enorme cantidad de información, por lo que el entorno social y cultural, así como la adecuada estimulación en todo lo cognitivo resulta de gran importancia. Esto nos lleva a darnos cuenta del rol FUNDAMENTAL que tiene la educación pre-escolar en la vida de nuestros hijos, quienes deben comenzar su estimulación a temprana edad y con las mejores herramientas posibles.
Cuando el infante se enfrenta a nuevos desafíos, adquieren más seguridad, desplante, nuevas palabras y hasta actitudes que antes no habían manifestado. Sabemos que el relacionarse con medios diferentes a los que acostumbran, provocan un cambio positivo que los hacen crecer. Con mayor razón, el integrarlos a un ambiente que se especializa en la educación pre-escolar y que busca que todas sus acciones sean agentes educativos, son de gran valor para su desarrollo.
Por otra parte, lo que enseñamos en el hogar se da en relación al ámbito más cercano y a las necesidades primarias de un ser humano que nunca deben faltar: La educación de los padres. Pero es en el espacio más distante, el jardín infantil, donde se mezclan exigencias estandarizadas para niños de edades similares con relaciones sociales y exposición a nuevas situaciones, las que usualmente no se dan en el hogar. Éstas hacen que los niños mejoren sus habilidades necesarias para la relación interpersonal y, al mismo tiempo, les mejora la base de aprendizaje para el futuro escolar, cultural y social.
En el caso de los establecimientos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, este trabajo es llevado a cabo por educadoras de párvulos y técnicos en educación que cuentan con el apoyo de especialistas en las distintas áreas como alimentación, psicología, necesidades educativas especiales, etc.
Sin embargo, debemos darnos cuenta que el rol complementario en la educación de los infantes entre el hogar y el jardín debe ser un trabajo en equipo, mancomunado, de ayuda mutua.
De esta manera, aseguramos a que nuestros hijos e hijas tengan una educación de calidad e integral.
María Elena Claro Lyon
Directora Regional Junji
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