La ciudad de San Fernando volvió a sonreír con la reciente confirmación del ascenso de Colchagua a la Segunda División del fútbol rentado. Este logro, que culminó con festejos masivos y una caravana histórica, es el resultado visible de un trabajo que, según su directiva, se ejecutó con profesionalismo, seriedad y una clara visión estratégica, priorizando la cantera por sobre las presiones inmediatas del mercado.
El presidente del club, Enrique Vera, destacó que la meta se alcanzó gracias a una labor «incansablemente durante todo el año con un equipo profesional y multidisciplinario». Más allá de la alegría deportiva, el ascenso se considera crucial porque asegura que las divisiones inferiores del club puedan competir en el campeonato oficial de la ANFP.
La cantera
La clave de la directiva, según Vera, ha sido la convicción de que los jugadores de la cantera son el principal activo e inversión de Colchagua. Es esta filosofía la que guio el trabajo administrativo y la toma de decisiones, permitiendo que la institución recuperara «la confianza de la gente y la comunidad» a través de una gestión basada en la «seriedad, honestidad y ganas».
Esta visión administrativa se refleja directamente en la continuidad de la dupla técnica compuesta por Raúl “Maná” González y Juan Román. El cuerpo técnico, que ya es histórico por repetir el ascenso de 2014, cuenta con el respaldo total del directorio justamente por su compromiso con la formación. Son valorados por aceptar el desafío de trabajar con las divisiones inferiores, entendiendo la necesidad de promover dos o tres jóvenes talentos al año. Este modelo contrasta con la tónica de técnicos externos que a menudo privilegian refuerzos masivos y resultados mediáticos.
Planificación y autonomía
Otro punto de inflexión en la gestión de la directiva es el esquema de supervisión: Colchagua cuenta con un cuerpo técnico vigilado por directores deportivos. Esta estructura administrativa garantiza la total independencia de la institución respecto a representantes y agentes de fútbol, asegurando que las decisiones de contratación siempre privilegien el desarrollo y la formación deportiva.
A pesar de los merecidos festejos que incluyeron una monumental caravana desde Cauquenes y una recepción municipal «maravillosa» en San Fernando, la directiva ha activado la planificación inmediata. Colchagua está administrativamente listo para la categoría: el estadio cumple con las condiciones, la sociedad anónima está constituida y el fútbol joven cuenta con una base que se espera supere los 600 jóvenes en sus diferentes categorías.
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