PUBLICIDAD
Actualidad

O'Higgins y la siempre compleja logística

JUEVES, 23 DE JUNIO DE 2022
Publicado por

Luis Villanova



PUBLICIDAD

Corría el año 1814, Bernardo O´Higgins había sido nombrado por la Junta Nacional de Gobierno, como Comandante en Jefe del Ejército en Campaña, reemplazando en dichas funciones a José Miguel Carrera.

Después de una marcha paralela entre el Ejército Patriota y el Realista, realizada luego del los triunfos de El Quilo y Menbrillar, Bernardo había logrado avanzar más rápido que su adversario, logrando cerrarle el paso a la capital, en el sector de Quechereguas, cercano a Curicó.

 Pese a ello la situación era compleja, Gainza avanzaba hacia la zona defendida por las tropas independistas, lo que implicaba que muy probablemente, se produjera un combate de graves repercusiones para cualquiera de los dos bandos.

En la noche del 7 de abril a las 2300 horas, nuestro prócer envió un documento al “Señor Justicia mayor de la Villa de Curicó”, en el cual hacía presente algunas necesidades logísticas urgentes para la tropa.

Requería 60 mulas aparejadas y los caballos que se pudieran reunir, incluyendo además cuatro cargas de aguardiente, dos de vino y todo el pan disponible, señalando que a las 8 de la mañana siguiente tenía que tener todo reunido a orillas del río Lontué.

Al parecer el Señor Justicia Mayor no logró reunir los elementos que le solicitaban, por lo que no llegó al punto de reunión, motivando que O´Higgins le remitiera un nuevo oficio, reiterándole que diera cumplimiento a lo que se le había ordenado, pero que en lugar de entregar los elementos en el río, los hiciera llegar hasta Quecherguas.

Como se comprueba en el primer apéndice del Archivo Bernardo O´Higgins, publicado en 1962 por la Editorial Universitaria, la compleja relación entre ambos continuó, de hecho el 10 del señalado mes, el chillanejo le envió al Justicia Mayor una tercera carta, en la que le hace presente que no le habían llegado las mulas y que del pan recibido, ocho cargas se habían perdido, solicitándose adicionalmente dinero para el funcionamiento del Hospital de Sangre.

Amén de otros detalles, llama la atención la precariedad del sistema logístico, que en la práctica era inexistente, recurriéndose a la disponibilidad de elementos en los centros poblados, cerca de los cuales transitaban los ejércitos.

Otro aspecto llamativo es el hecho que se abasteciera de alcohol a las tropas, algo que era habitual en muchas instituciones armadas del mundo en aquella época.


PUBLICIDAD
Comentarios

Cargando...
PUBLICIDAD
Loading...