Se entiende comúnmente como “era”, a un período en la historia de una civilización o de una sociedad que se caracteriza por tener un nuevo orden, el que se origina como producto de un acontecimiento notorio e importante.
El espectro que cubre es amplio si se trata de una civilización, dada su magnitud y efectos, mientras que ello se reduce cuando hablamos de una sociedad en específico.
De cualquier forma los tiempos que vivimos nos llevan a pensar, o a lo menos percibir, que estamos enfrentando una nueva era, aunque en realidad ello no sea necesariamente cierto.
Los indicios que nos inducen a ello están dados por factores diversos. Entre ellos la tecnología, que avanza a pasos agigantados, entregándonos herramientas que ni siquiera en sueños imaginamos, las que impactan nuestras vidas, normalmente facilitándolas.
Claro que la adopción de dicha tecnología nos ha hecho perder otros aspectos, los que provenían de una vida sencilla, sin apresuramientos y con el tiempo para dedicarnos a cosas que hoy parecen superfluas.
Las comunicaciones han sido preponderantes en los cambios y en la forma en que nos relacionamos, desde el teléfono celular aparecido hace un par de décadas, hasta las redes sociales y medios telemáticos que nos acercan cada vez más.
Pero debemos ser sinceros en dejar constancia que la utilización de dichos medios, nos obligan a asumir desafíos de aprendizaje y de adaptación, que mientras más edad tenemos se presentan más difíciles.
Escuchamos también voces que nos advierten del advenimiento de la cuarta revolución industrial, con la aparición de una gama de herramientas recién en desarrollo, que prometen cambios profundos en diversos procesos aún por determinar.
Por otra parte, los cambios sociales- cada vez más notorios-, van modificando nuestro entorno y nos inducen hacia caminos insospechados, que habitualmente nos traen beneficios, pero que no percibimos porque el natural temor al cambio nos hace reticentes.
Cualquiera sea el nombre que le coloquemos, estamos ante un nuevo escenario, el que se ha ido gestando a lo largo de los tiempos. Originando cambios cada vez más perceptibles, colocándonos en una encrucijada vital, o nos oponemos a ellos o los aceptamos tratando de obtener los mejores benéficos.
Pareciera ser que lo primero es no resistirse, de tal forma de poder evidenciar sus ventajas, en lugar de negar su existencia, para luego gradualmente adaptarse, siempre y cuando el hacerlo no se contraponga a nuestros principios y valores.
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas