No cabe duda que la “normalidad” cambió abruptamente tras la llegada del coronavirus y muchas de las actividades que realizamos cotidianamente debieron adaptarse a las medidas de prevención sanitarias y con ello los sistemas colaborativos toman más protagonismo.
“Todos tenemos mucho que aportar”, ese es el objetivo prioritario del trabajo colaborativo, donde se pone énfasis en desarrollar roles que se relacionan, complementan y diferencian en el cumplimiento de una meta en común.
La tecnología ha permitido que se pueda realizar un trabajo colaborativo en el que participa un número mucho más elevado de usuarios, así como un enriquecimiento en cuanto a la ubicación, país, cultura, etc., de los integrantes de un entorno de trabajo colaborativo. La expansión de Internet ha posibilitado un aprendizaje universal, permitiendo que el conocimiento compartido de todos los miembros del grupo pueda ser transferido de forma más rápida y fácil.
Beneficios del trabajo colaborativo
Mayor eficiencia: La participación de diversos trabajadores en un proyecto que se desarrolla de forma colaborativa permite que el trabajo se realice de forma más rápida y de forma más racionalizada. Es una forma de lograr un trabajo más eficiente.
Mayor flexibilidad: El trabajo en red que se lleva a cabo haciendo uso de la tecnología es más flexible porque facilita la comunicación entre todos los miembros con independencia de donde se encuentren físicamente y de desde donde accedan a trabajar de forma colaborativa.
Mayor capacidad de innovación: Las posibilidades que ofrece la participación de varios miembros en un grupo de colaboración permiten un mayor nivel de innovación, ya que se aprovecha la creatividad y las aportaciones de todos los integrantes. El enfoque o punto de vista de cada miembro será diferente y su puesta en común puede ayudar a que se generen soluciones más creativas a los problemas.