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Columnas de Opinión

Encrucijada

MIÉRCOLES, 20 DE ENERO DE 2021

La Democracia Cristiana vive hoy, como partido ideológico que es, una crisis de proporciones.


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Por allá, en los años 50 del siglo XX, dos amigos e intelectuales, ambos profesores universitarios, conversaban y discutían acerca de cuál era el camino idóneo para para lograr los cambios sociales que ambos soñaban y aspiraban.

Patricio Aylwin A., y Clodomiro Almeyda; el primero se unió a la Falange, precursora de la Democracia Cristiana; el segundo, se unió al Partido Socialista. Así, dejaron plasmado, en esa época, una manera distinta de buscar los necesarios cambios para la sociedad, a los cuales ambos aspiraban.

El primero, desde una perspectiva Humanista Cristiana; el segundo, desde una perspectiva laica y Marxista, (a partir del año 1968). Hoy los definiríamos, como un hombre de centro, al primero; y, de izquierda, al segundo.

Por allá, durante al año 68 del pasado siglo XX, un grupo de militantes de la DC, sintió la necesidad urgente de acentuar los cambios, “reformas”, del Gobierno de don Eduardo Frei Montalva, no bastaba la Reforma Agraria; no bastaba la Promoción Popular; no bastaba la Chilenización del Cobre; no bastaba la Ley de Sindicalización Campesina; no bastaba la Ley de Inamovilidad en el Empleo; no bastaba la Ley de Juntas de Vecinos; la Revolución en Libertad, no bastaba, etc.

Había que profundizar radicalmente lo hecho, había que ser más audaz que la propia izquierda, entonces, mayoritariamente, el Partido Demócrata Cristiano, fiel al Humanismo Cristiano y a su tradición de Partido de centro, representante de la clase media y de los más desposeídos, optó por mantener la política de reformas medidas y permanentes, pero no por eso rupturistas.

Derrotada la postura más radical al interior de la DC, un grupo importante de militantes se va del partido y se integra a la izquierda y posterior Unidad Popular como el MAPU. Finalmente, con el paso de los años y dictadura de por medio, casi todos los relevantes terminan militando en el Partido Socialista. Hoy son considerandos “la derecha” de ese Partido.

Lo mismo pasa, con otro grupo de militantes DC que el año 1971, optan por abandonar el Partido, creando la Izquierda Cristiana, acusando a la mayoría del mismo, de no estar acorde con los tiempos, en definitiva, al igual que aquellos del año 68, sienten que la Democracia Cristiana, simplemente no busca los cambios de manera acelerada y desmontando todo lo hecho o realizado en el pasado.

Al igual que los anteriores, sus principales, terminan, con el paso del tiempo en el Partido Socialista. Hoy son considerandos “la derecha” de ese partido.

La Democracia Cristiana, vive hoy, como partido ideológico que es, una crisis de proporciones, la diferencia con los conflictos anteriores, es que hoy, los que se van, lo hacen declarando que no han cambiado sus ideas, simplemente reclaman que, en la Democracia Cristiana ya no se discuten las ideas, solo hay conflictos que simplemente, por la falta precisamente de estas ideas, se ha personalizado y por ello se ha perdido el respeto necesario por el adversario y con eso, se ha perdido, toda posibilidad de lograr convivir racionalmente en la diversidad.

Así las cosas, la Democracia Cristiana y sus militantes, adherentes y simpatizantes, se encuentran enfrentados a una encrucijada de cuya resolución depende su existencia.

¿Será el Partido Humanista Cristiano que busca una Patria Digna y Justa para todos? o simplemente se transformará en un Partido de izquierda más, cuyas diferencias con los demás Partidos de izquierda, es la nada y, siendo la nada, la tendencia a desaparecer se manifestará a pasos agigantados?

Por allá, en los años 50 del pasado siglo XX, un par de amigos, tomó caminos distintos para lograr los cambios que la sociedad chilena necesitaba, lo hicieron después de un profundo análisis de la realidad y las perspectivas que les daba su forma de mirar la misma.

Ese mismo análisis es el que deben hacer hoy; o se quedan y fortalecen la opción Humanista Cristiana, aun a costa de ser tildados de derechistas u optan por asumir posturas izquierdistas, para finalmente terminar militando en el Partido Socialista, siendo la derecha de la izquierda.


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