El plazo para que concurramos a las urnas se acerca. Ahora que terminaron estas patrias tan especiales, inéditas, empieza la recta final, el momento de la decisión más importante desde 1988 cuando un plebiscito derrotó a la dictadura militar.
El concurrir a las urnas nos permitirá iniciar el camino para cambiar , entre otros tópicos, la estructura dogmática de la Constitución, en cuanto establecer garantías para asegurar los derechos económicos, sociales y culturales, hoy angustiosamente ausentes.
Así podremos ver que significa lo “social-demócrata” que hoy se propugna, incluso de manera electoral, en sectores de la tradicional derecha conservadora. Si verdaderamente se impulsa este reconocimiento institucional, se permitirá que la salud, la educación, la jubilación, la vivienda digna, por ejemplo, sean parte de la realidad nacional.
El votar pasa así a convertirse en un deber cívico, y la aprobación de una comisión constitucional un imperativo democrático inexcusable, para quienes sostenemos la trascendencia de constitucionalizar otro pacto-país, con un nuevo Estado social y democrático de Derecho.
Es la hora de las verdaderas posiciones consecuentes. Entre las que destacan – tras el apruebo – jugarnos por la regionalización efectiva de nuestros territorios, que permita que los gobernadores que elijamos en abril tengan potentes competencias y atribuciones, logrando que una parte de los recursos fiscales que se obtiene por las actividades productivas de la zona queden en las arcas regionales, viabilizando los respectivos programas de desarrollo.
A casi un mes del plebiscito, avizoran los colores patrios de un nuevo Chile, que dejando atrás las conmemoraciones de su independencia, asume otra responsabilidad. No da lo mismo participar y tampoco da lo mismo el resultado. Quienes critican, quedan sin argumento ni sustento, si dejan de participar en esta gesta histórica, u omiten respaldar la convención constitucional , que nos permitirá dar un salto a un mejor Chile.
La Comisión Constituyente -que votamos en la segunda papeleta- entregará a los que el pueblo elija la redacción de un texto que luego se deberá aprobar en un nuevo plebiscito (de salida). Este grupo humano , democrático y paritario (igualdad de hombres y mujeres) será inédito. A su vez, se avanza en el Congreso Nacional para que se incorporen cupos para la debida representación de los pueblos originarios. Vivamos esta inminente fiesta cívica, votando y siguiendo de cerca las propuestas que se formulan por los diversos sectores, e identifiquemos a los que realmente desean mejorar – y cómo- el desarrollo de nuestra institucionalidad.