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Columnas de Opinión

Aniversario de la Corte de Apelaciones de Rancagua

LUNES, 10 DE AGOSTO DE 2020

Fruto de un arduo trabajo, se obtuvo la creación de nuestro Tribunal de Alzada, con cuatro Ministros titulares, dos Relatores, su Secretario y un corto equipo administrativo.


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El 14 de agosto de 1968, nació a la vida institucional la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Rancagua, fruto del empeño del gremio de abogados de la época. Se cumplen, así, 52 años de fecunda existencia.

En aquellos distantes años, en ausencia de Corte local, las apelaciones y demás recursos debían tramitarse ante la Corte de Apelaciones de Santiago, sin que existieran, ni las comodidades, ni la rapidez de comunicaciones que hoy nos proporcionan las autopistas y el Metrotren. Para comparecer a las ocho y media de la mañana ante la Corte metropolitana, solía tenerse que ir a pernoctar a Santiago.

Lo anterior traía un enorme desgaste humano, financiero y de tiempo, agravado cuando, en ocasiones, la causa respectiva no se veía, obligando a los litigantes a regresar en la semana siguiente, hasta por varias veces.

Ante este panorama, el gremio de abogados de la época inició gestiones para obtener que se creara una Corte en Rancagua, con sólidos argumentos. Recordamos con especial aprecio y gratitud a algunos de dichos destacados juristas, pudiendo nombrar a Juan Salfate Araya, a Jaime Cortez Miranda, a Juan Latife Saadi, a Hugo Zamorano Illesca, entre otros, sin que podamos nombrarlos a todos.

Fruto de un arduo trabajo, se obtuvo la creación de nuestro Tribunal de Alzada, con cuatro Ministros titulares, dos Relatores, su Secretario y un corto equipo administrativo. Recordamos entre aquellos Magistrados a don Marco Aurelio Perales Martínez, quien llegó a ser Ministro de la Corte Suprema, don Luis Lazo, don Eduardo del Campo Riofrío, don Juan Rivas Larraín, cuyo recuerdo conservamos con aprecio y admiración.

La Corte nació con escasos recursos, funcionó muchos años en un incómodo recinto en que hoy lo hace la Dirección de Crédito Prendario, en la calle Rubio, de un modo ajeno a la majestad de la justicia, así como al rango de sus Ministros titulares.

Posteriormente, por la iniciativa y la gestiones del distinguido abogado, don Manuel Paredes Herreros, a la sazón Secretario Regional Ministerial de Justicia, se construyó el edificio de calle Brasil, que hoy cobija a la Ilustrísima Corte, en condiciones de amplitud, comodidad y tecnología, adecuados a los tiempos que corren.

Con los años, nuestra Corte maduró, se aumentó a siete el número de sus Ministros titulares, se incrementó en proporción el resto del personal de apoyo, hasta llegar a ser al día de hoy un eficiente Tribunal de Alzada.

Es importante decirlo, y sentirnos orgullosos de ello, que nuestra Corte está a la par de las más destacadas del país, que está al día en el despacho de las causas, habiendo incorporado procedimientos administrativos y tecnológicos avanzados, todo lo cual se traduce en eficacia del Derecho, lo que es muy relevante y positivo para la comunidad.

Sus Ministros son jueces de trayectoria, de versación a toda prueba, con una vocación de servicio que día a día se traduce en frutos apreciados y nobles.

A través de estas líneas, expresamos nuestro cordial saludo, en su aniversario,  a la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Rancagua, en la persona de su Presidente, don Jorge Fernández Stevenson, los que extendemos a todos los hombres y mujeres que desempeñan los cargos de Ministros, Fiscales Judiciales, Secretario del Tribunal, Relatores, Administrador  y a todo el personal que integra el Tribunal, de todos los estamentos, agradeciéndoles la diaria labor cumplida y augurando para todos un porvenir venturoso y fecundo.



Acerca de Mario Barrientos Ossa.
Nació en Rancagua. Egresó del Instituto Nacional y cursó Derecho en la Universidad de Chile. Es Diplomado en Administración Pública y Magíster en Derecho de la misma casa de estudios. Se desempeñó como Contralor Regional y subjefe del Departamento de Estudios de la Contraloría. Posteriormente, fue Asesor Jurídico de la División El Teniente. A contar de 1994 ejerce liberalmente la profesión en su Estudio Jurídico. Fue alcalde de Rancagua y uno de los cofundadores de la Universidad Leonardo da Vinci. Fue profesor en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y en la Universidad de Aconcagua, cuya Revista de Derecho creó y dirigió. Se desempeñó como Abogado Integrante de la Corte de Apelaciones de Rancagua.
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