Karla Fonseca, una de las protagonistas de Contra Viento y Marea, fue trasplantada a mediados de diciembre, noticia que alegró a varios de sus seguidores en redes sociales.
Sin embargo, la operación donde recibió su nuevo hígado fue un éxito, pero días después del procedimiento las cosas se complicaron y le diagnosticaron hipertensión pulmonar, una enfermedad que afecta directamente al corazón.
“No está recibiendo la sangre que debiese y que necesita para poder estar bien y estable. Esto provoca taquicardia, fiebre y cosas así. El ventrílocuo izquierdo no está recibiendo la sangre que necesita del derecho, y este bombea demasiado rápido”, explicó Luis, su esposo hace algunas semanas en Instagram.
Una complicación que tuvo preocupados a los seguidores de Karla, pero recientemente reveló que de poco está recuperándose. “Estamos felices, hoy fue un día de muchas sensaciones”, partió contando en la red social.
“Cuando ya cumplo casi 2 meses de trasplantada, hace un momento me sacaron el medicamento del brazo y dejé de usar la máquina que estuve usando luego de mi trasplante. Dios hizo el milagro recuperándome favorablemente de mi hipertensión pulmonar y ya no necesitaré más el Remodulin. Estamos tan contentos por que poco a poco voy dejando las máquinas. Primero deje de usar el ‘Arturito’ (concentrado de oxígeno) y luego el ‘Micro Arturito’, nombre que le había puesto a la maquina que usaba en mi brazo”, escribió .
Fonseca explicó que el Remodulin fue un medicamento crucial en su recuperación y que su dosis cuesta $3.500.000 al mes. Sin este fármaco, asegura que no estaría contando el avance que tiene hoy. “Es por eso que es muy importante que el Remodulin entre a ley Ricarte Soto, para ayudar a muchos pacientes así como me ayudo a mí”, expresó.
“Igual sigo usando el Ambrisentan —que sale 1.600.000 millones mensual— por un tiempo más, junto al Sildenafil. Gracias a mi gran Dr. Gerardo Palma, que me consiguió medicamentos por tres meses en el hospital San Borja Arriarán y me alivia esa carga por estos tres meses que vienen. Ahora debo luchar para que Fonasa me costee este medicamento por los siguientes meses”, ahondó.
Por último, Karla afirmó que sin Palma y su equipo médico no estaría “viva y feliz”. “Solo eso les quiero contar, mi felicidad y la de mi familia. A todos les digo que nunca pierdan la fe, ya que querer es poder”, concluyó.
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