Los mercados criminales

Hace un tiempo en la Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos de la Fiscalía Regional de O’Higgins estamos enfrentando los fenómenos delictuales, considerando al delito como una acción más dentro de una actividad económica enmarcada dentro de un mercado ilegal. Lo anterior significa que cada vez que se comete un delito, quien lo comete, pone en funcionamiento un mercado ilegal de productos, ya que obviamente quien sustrae especies, lo que espera es una ganancia con la misma, ya sea por la venta o ahorro en su adquisición.

Como buena economía de venta de productos, en este caso ilegal y paralela, va a prosperar siempre y cuando exista demanda de dichos productos, es decir, personas dispuestas a comprar y recibir los productos sustraídos.

Por tanto, cada vez que una persona compra una especie hurtada o robada estará contribuyendo al fortalecimiento del mercado ilegal basado en la comisión de delitos de toda clase, no sólo de hurtos, sino también de robos con violencia e intimidación en las personas, robos en domicilios y locales comerciales, es decir, al aceptar siquiera la posibilidad de que lo que se compra tenga origen delictual, cada persona que compra está validando el delito cometido y estará aumentando la demanda en dicho mercado.

Un mercado ilegal que se logró desarticular a fines de mayo de este año, es el mercado ilegal de comercialización de cable de cobre, proceso productivo delictual en que sujetos cortaban cable de telefonía, de empresas eléctricas y cable que utiliza el tren para energizarse y lograr desplazarse. En dicho mercado fue posible detectar una estructura de criminalidad de toda una cadena productiva delictual, conformada de la misma forma como se estructura el mercado formal. De esta forma se logró identificar que hay sujetos que se dedican a sustraer el material (cortadores), quienes lo vendían a una compra venta ilegal (la oferta y primera demanda), quienes acopiaban el material (almacenamiento), quienes lo transportaban con destino a la Región Metropolitana y quienes lo compraban en dicha región (segunda demanda), descubriendo evidencias que sugieren exportación de los cables de cobre robados. En virtud de una investigación de largo aliento se logró detectar y detener una organización compuesta por 11 imputados que intervenían en diferentes etapas del mercado delictual, siendo formalizados y quedando en prisión preventiva, tanto los compradores de nuestra región como los de la Región Metropolitana, lo que se tradujo en una fuerte baja en la ocurrencia de estos delitos en el mes de junio, en que casi no hubo robos de cables de cobre y la razón es muy sencilla, el poder comprador, “la demanda” de los cables robados, ya no estaba en el mercado ilegal, sino que estaban en prisión preventiva.

Carlos Fuentes Rebolledo
Fiscal Jefe
Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos
Fiscalía Regional de O’Higgins.