Fumar no solo trae problemas y enfermedades nocivas para nuestra salud, sino que también afecta la calidad del sueño y reduce el descanso nocturno.
Según Daniela Thome, Otorrinolaringóloga y médico cirujano de Clínica Somno, el consumo de tabaco no solo aumenta el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o cáncer, si no que también disminuye nuestra calidad de vida al producir un deterioro considerable en el sueño. “El tabaquismo se asocia a una mayor somnolencia diurna y mayores dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormidos”, explica.
Los trastornos del sueño tienen efecto directo en la salud metabólica de las personas, además de afectar su productividad, rendimiento físico y aumentar los riesgos de accidentes automovilísticos. Por lo mismo, dejar de consumir tabaco trae consigo múltiples beneficios que mejoran la calidad de vida no sólo del fumador sino también de quienes lo rodean.
El consumo de cigarro facilita el trastorno del sueño más grave: las apneas. Por lo mismo, el eliminar o bajar su consumo ayuda a evitar un posible ahogamiento a la hora de dormir, el cual se genera por un colapso total o casi total de la faringe. El tabaquismo irrita la nariz y la garganta, generando mayor congestión nasal lo que conlleva a una mayor frecuencia de ronquidos. En general, roncar es un trastorno del sueño y en muchos casos esconden casos de apnea, por lo que disminuir el consumo de tabaco ayuda a evitar esta enfermedad a largo plazo y mejorar nuestro descanso nocturno.
“Dejar de fumar es posible y tiene múltiples beneficios para llevar una mejor calidad de vida. Para aquellos que tienen dificultad para dejar de fumar y tienen un mal dormir, se les recomienda evitar el tabaquismo o en su defecto fumar el último cigarro tres horas antes de irse a dormir”, explica la especialista de Clínica Somno.