Quienes esperan las lluvias para comer sopaipillas han debido guardar abstinencia durante casi todo el otoño, y los pronósticos indican que las precipitaciones seguirán escasa en el invierno. Hasta antes del año 2010 había algunos inviernos muy húmedos y otros bastante secos; la variabilidad entre año y año era importante. Pero los últimos ocho inviernos han sido más bien similares: una sequía, que si bien no es extrema en cuanto al déficit de lluvia, es importante en cuanto a que no tiene precedentes por la extensión temporal.
En lo que va del 2019 la situación se ha tornado más acentuada. Un informe de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) difundido la semana pasada indica que “la zona central está registrando el inicio de invierno más seco en 60 años de datos”. Y lo más preocupante es que “la atmósfera no generará condiciones favorables para precipitaciones”.
La Región de O’Higgins ha resultado particularmente afectada por la ausencia de lluvias. La red hidrométrica de la Dirección General de Aguas (DGA) arroja que Rancagua tiene un déficit total a la fecha de 91%, con 11,80 mm de agua caída, cuando lo normal es 126,60 mm.
San Fernando presenta un déficit de 65%, con 67,60 mm de precipitaciones a la fecha. La cifra normal para el período es 193,39 mm.
Convento Viejo totaliza un 58% de déficit, con 79,80 mm de precipitaciones hasta la actualidad, mientras que lo normal es 190,98 mm.
Pichilemu registra un déficit de 64% con 56,10 mm de agua caída. Lo normal es que haya precipitado 156,50 mm.
El año 2018 Rancagua totalizó un déficit de 49% (226,9 mm), San Fernando un 42% de déficit (419,5 mm), lo propio Convento Viejo con 39% (420,5 mm) y Pichilemu una carencia que llegó al 51% (501,50 mm).
¿Y cómo viene el invierno?
Lamentablemente, los modelos dinámicos y estadísticos utilizados por la DMC para el pronóstico de junio-julio-agosto no son auspiciosos. Se espera un trimestre más seco de lo normal entre La Serena y Temuco. Esto significa que en Rancagua llovería entre 197,8 a 280,5 mm, bajo lo normal. Específicamente en junio la capital regional podría registrar menos de 65 mm según el Boletín de Tendencias Climáticas de la DMC.
Seremi de Agricultura “en alerta” ante megasequía
La agricultura y la ganadería resultan particularmente afectadas por la falta de agua. Los regantes de la Región de O´Higgins enfrentarán una temporada de riego “compleja”, debido a los efectos de la persistente sequía, situación que afecta a las principales cuencas, Cachapoal y Tinguiririca, y a los ríos y esteros, como Claro de Rengo, Zamorano, Chimbarongo, Codegua, Puquillay, y Peuco, entre los más importantes.
En la última década La región del Libertador tiene una pérdida del 25% de lluvias para el sector agrícola y un 35% en los caudales en temporada de riego. El río Cachapoal está con un 53% de déficit en su caudal, lo que da cuenta de la compleja realidad para el agro.
A modo de ejemplo de la crisis, el río Peuco -comuna de Mostazal- portaba 2.500 litros por segundo en una temporada hídrica normal. El año pasado el río aportaba 340 litros por segundo.
La ayuda estatal se hace imperiosa para los afectados, especialmente pequeños agricultores. El seremi del ramo, Joaquín Arriagada, explica que “estamos en alerta” y “desplegados por la región”. La autoridad asegura que “si se necesita ayuda ahí vamos a estar, el año pasado fue complicado y logramos levantar recursos para llegar a tiempo con el forraje”.
Junto con ello manifestó que “he instruido a cada uno de los servicios del agro que estén en constante monitoreo en cada una de las comunas, con el fin de poder tener la retroalimentación adecuada si nos vemos afectados, para así poder diseñar soluciones concretas ante la realidad hídrica de esta temporada».
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