“Los consumidores deben dejar de usar inmediatamente el producto y contactar con Fisher-Price para la devolución”, señaló la comisión de protección al consumidor, y aseguró que estos accidentes mortales se habrían producido gracias a usuarios que no respetaron las instrucciones de seguridad del producto.
Dichos bebés habrían muerto luego que cayeron boca abajo o de costado desde la silla, sin ser atado previamente por sus padres o tutores.
No se trata de un producto nuevo. Estas cunas con movimiento fueron lanzadas al mercado hace una década, siendo vendidas a diferentes países en precios que variaban entre los 26 mil pesos (chilenos) hasta los 100 mil, dependiendo el modelo y el país de distribución.
Por su parte, la marca se refirió al “retiro voluntario de todas las unidades” de sus productos, en un comunicado protagonizado por el gerente general de Fisher-Price, Chuck Scothon, en donde aseguró que los clientes recibirán un reembolso o cupón de descuento por el producto.
“Con estas acciones, queremos que los padres de todo el mundo sepan que la seguridad siempre será la piedra angular de nuestra misión, que estamos comprometidos con estos valores y que continuaremos dando prioridad a la salud, la seguridad y el bienestar de los bebés y niños en edad preescolar que utilizamos nuestros productos”, detalló el comunicado oficial de la marca.
Por su parte, Consumers Reports aseguró que la responsabilidad es de la marca y no de los padres, puesto que la mecedora no se adapta a las exigencias pediátricas que necesita un bebé a la hora de dormir: “los bebés deben acostarse boca arriba, sobre un colchón firme y plano, sin ropa de cama blanda”.