El arte de la coctelería

Hoy incursionaremos en el mundo de la coctelería, que nos produce mucho deleite, si sabemos preparar buenos brebajes y paladearlos con la mesura pertinente.
En este año, se están cumpliendo cien desde que el Conde Negroni, diplomático italiano acreditado en Londres, creara el célebre cóctel que lleva su nombre. Unido este aniversario al hecho que es mi aperitivo favorito, vamos a hablar de él.
Este agradable brebaje se preparaba en Italia con una mezcla de Campari, Martini rojo y soda.
Estando en Londres, el Conde Negroni lo hizo preparar para servirlo en sus compromisos sociales, pero dispuso que estando en Inglaterra, en su homenaje y como un gesto diplomático, se reemplazara la soda por gin, atendido que es una bebida alcohólica muy del gusto de los ingleses.
Surgió así el aperitivo que lleva el nombre de su autor, y que se prepara con un tercio de Campari, un tercio de Martini rojo y un tercio de gin de buena familia, agregándole hielo y una tajada de naranja. Si al consumidor le apetece, se puede reemplazar el gin por vino espumante, haciéndolo más suave, lo que se conoce como “falso Negroni”.
El éxito fue instantáneo, transformándose el Negroni en un ícono de la fina coctelería y del buen gusto en todo el mundo.
Hay otro cóctel, muy agradable, de origen francés, más suave y algo euforizante, lo que lo hace muy adecuado para romper el hielo cuando se trata de una reunión en que no todos se conocen o no se tienen confianza suficiente.
Este sabroso trago, muy del agrado femenino, se prepara con una copa de vino espumante, preferentemente brut, a la temperatura adecuada, que es de siete grados, vertiendo encima, al gusto, una porción menor de licor de Cassis, que es un preparado sobre la base de zarzaparrilla. El resultado es una delicia, se llama Kir Royal y constituye un aperitivo muy agradable y suave. Suelo agregarle una guinda Maraschino.
Como es natural, y propio de toda coctelería fina, las copas deben estar previamente enfriadas, logrando de mejor manera que su contenido se presente y se mantenga en la baja temperatura adecuada y necesaria.
La coctelería es un arte, y aporta de modo muy apropiado a las buenas relaciones, entendiendo que se trata de un consumo mesurado de alcohol, lo que es propio de toda persona responsable. Conversar un aperitivo genera un ambiente grato, que permite disfrutar.
Termino agregando que los head hunter, como se llama a quienes seleccionan a los ejecutivos de las grandes empresas, como parte de su gestión, suelen invitar a almorzar a los candidatos preseleccionados, y el aperitivo pedido por el invitado, suele resultar muchas veces decisorio en si se le contrata o se opta por otro postulante: refleja mucho de su personalidad y nos muestra si tiene mundo. Es recomendable manejarse con soltura en estos ámbitos.

Mario Barrientos Ossa.
Abogado.
Magister en Derecho U. de Ch.