En medio de la presentación del programa ‘Elije Vivir Sin Drogas’, que busca alejar del consumo de sustancias ilícitas a niños y adolescentes, algunos parlamentarios quisieron ir más allá, y durante la mañana de este miércoles se sometieron públicamente a un test de drogas.
Se trata de las diputadas Camila Flores, Ximena Ossandón; y el senador y ex candidato presidencial Manuel José Ossandon. El objetivo: demostrar que no poseen ninguna dependencia y que por ello tienen la capacidad de legislar al 100% de sus posibilidades.
Este hecho recordó otros intentos que existieron en el pasado: En 1995, luego que el ex ministro Francisco Javier Cuadra acusara consumo de drogas en el Congreso, algunos parlamentarios decidieron realizarse el test.
Una posibilidad que no tiene consenso entre autoridades y genera un amplio e intenso debate.
Y en la región de O’Higgins, el diputado Diego Schalper tomó la bandera y anunció que enviará una carta al intendente, al Core y a otras autoridades comunales y regionales para que se sometan voluntariamente a esta prueba antidrogas.
De esta forma, el diputado pone este tema sobre la mesa y da inicio a un debate en el mundo político, respecto a la real necesidad de someterse a este tipo de test, cuando se asume una función pública.
Hoy la realidad indica que no existe una regulación al respecto (por ejemplo, qué pasa si se detecta consumo en alguna autoridad) y además, la decisión de hacerse el test radica en la voluntad de las personas.
En este escenario, ya es un paso abrir un debate al respecto, lo que implica sincerar posiciones y conocer de primera fuente si las autoridades (tanto las elegidas democráticamente como aquellas que son nombradas por el gobierno central) muestran una real y verdadera disposición a someterse a un test de estas características.
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