Según datos del Senda, en el 2017 uno de cada tres escolares entre octavo básico y cuarto medio consumía marihuana. Mientras que un 31,1% de los jóvenes declaró haber bebido alcohol en el último mes.
Son estas preocupantes cifras las que llevan al Gobierno a anunciar el «Elige Vivir sin Drogas», una iniciativa que busca implementar una serie de estrategias para evitar este tipo de conductas en niños y adolescentes.
Un programa que ya está siendo aplicado en 6 comunas del país y que se extenderá a 40 a nivel nacional. Dos, en la región de O’Higgins: Rancagua y Santa Cruz.
Apoyado en un programa que de estas características se lleva a cabo en Islandia, el plan basa su estrategia en la forma en cómo se aborda la prevención. No solo pone el foco en dejar en evidencia lo perjudicial del consumo de alcohol y drogas, además busca intervenir en el contexto de vida de los niños y adolescentes. ¿Cómo? Generando oportunidades y espacios para, por ejemplo, hacer deporte, desarrollar talentos artísticos o culturales y propiciar el tiempo libre con la familia.
Una iniciativa que cuenta de tres fases: Primero se realiza una encuesta para conocer la realidad de cada comuna. Después, se implementan las medidas, para finalmente evaluar los resultados.
Una iniciativa que va en la dirección correcta pero que necesita ser apoyada con la implementación de políticas de Estado que permitan un desarrollo integral de los niños y jóvenes, por ejemplo, que tengan la posibilidad de acceder a una educación de calidad o a una salud oportuna. O sea, de verdaderas alternativas que ayuden a enfrentar la desigualdad que los niños viven y experimentan en el día a día y que termina, en mucha ocasiones, siendo el detonante para elegir el camino del alcohol y las drogas.
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