La cárcel de Rengo será el recinto donde se dará inicio al plan piloto del ‘proyecto +R’. Iniciativa que busca que las empresas que contratan a las personas privadas de libertad dentro de los recintos penitenciarios, continúen trabajando con estas una vez que recuperen su libertad.
Un paso clave para lograr una verdadera reinserción social. Es que los datos que se manejan al respecto no son muy alentadores: Según
un estudio de Fundación Paz Ciudadana de 2012, el 51% de la población que cumple su condena privado de libertad, vuelve a cometer un delito dentro de los tres años siguientes al egreso de la unidad penal.
Por el contrario, aquellos que después de estar presos cuenta con un empleo reducen el riesgo de reincidencia entre 33% y 50%.
La reinserción es uno de los tres ejes claves para combatir la delincuencia; ya que tiene un impacto directo en la disminución del delito.
Pero cómo lograr una reinserción efectiva en la sociedad, donde las personas que estuvieron privadas de libertad tengan verdaderas herramientas y alternativas laborales. Y así no solo quedarnos en los discursos de buena voluntad.
Para ello es clave el trabajo mancomunado entre los sectores públicos y privados, donde el Estado genere incentivos reales que permitan a las personas que estuvieron privadas de libertad, por un lado, contar con herramientas efectivas para extender su vinculación con determinada empresa, y, por otro, que el mercado les entregue verdaderas chances de ingresar al mundo laboral. Y de esta forma, no vean en el mundo de la delincuencia la única alternativa de subsistencia.
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