El XVII Informe Anual de Derechos Humanos, Diversidad Sexual y de Género en Chile revela un alza en los episodios de violencia contra la comunidad LGTBI.
Por ejemplo, en 2018 los casos de homofobia y transfobia aumentaron 44% (698), comparado con 2017, cuando se presentaron 484 episodios de este tipo.
Es más, según el informe, el año pasado hubo tres asesinatos relacionados con discriminación; que se suman a 58 agresiones físicas o verbales, 16 casos de abuso policial, 28 hechos de discriminación laboral y 37 episodios de exclusión educacional, entre otros.
¿Cómo se explica este fenómeno? Según los expertos, mientras más se avanza en la igualdad de derechos, los episodios de violencia se intensifican, ya que las posturas más extremas y opuestas salen a relucir. Pero además, el hecho de que este tema sea parte del debate público, hace posible que quienes se sienten discriminados o han sufrido violencia o agresiones se atrevan a denunciar y den a conocer públicamente estos hechos.
Cifras que ponen en la mesa la necesidad de liderar un discurso más tolerante, basado en el respeto a la diversidad y en la inclusión.
Pero se necesita además que la autoridad aporte en el debate con hechos concretos, que demuestren que sí se quiere avanzar en esta materia.
Por ejemplo, algunos municipios del país han avanzado concretamente en el reconocimiento y aplicación de los derechos de las personas LGTBI. En Antuco, el municipio hizo posible que tres escuelas de esa comuna se convirtieran en las primeras del país en implementar un protocolo que garantice los derechos de los estudiantes trans.
Mientras que en Puerto Montt se instalaron mesas informativas respecto a los servicios jurídicos ofrecidos en esa zona en favor de personas de las comunidades de diversidad sexual.
Verdaderos ejemplos de querer avanzar en esta materia, que va más allá de los discursos y se basan en hechos concretos que finalmente deben redundar en un sociedad más tolerante e inclusiva.
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