Con el objetivo de organizar un plan de trabajo que permita mejorar temáticas de salud mental –y bajar las tasas de suicidio- es que se reunieron en dependencias de la Seremi de Salud, el jefe de la cartera regional, Rafael Borgoño; el presidente nacional de la Asociación de Gendarmes Técnicos y Profesionales (AGETPRO); y con el Enfermero Coordinador regional de Gendarmería, Marco Oñate.
En la reunión, el seremi de Salud hizo hincapié en que se deben fortalecer las herramientas para la detección e intervención temprana del riesgo suicida.
Asimismo, recalcó la importancia de potenciar la primera respuesta, donde se pueden identificar posibles factores de riesgo y protectores en los funcionarios.
Borgoño además sostuvo que efectivamente “se maneja información a nivel nacional, no en nuestra región, sobre algunos suicidios de funcionarios de Gendarmería, lo que lamentamos profundamente”.
Por lo cual, con el fin de reducir estas cifras es que el equipo de Salud de la Seremi de Salud se encuentra trabajando junto a dirigentes y al equipo de Salud de Gendarmería “con el objetivo que para que no se presenten casos en nuestra región, tanto de intentos de suicidios como de suicidios”.
Recordemos que los dirigentes de Gendarmería revelaron que durante los primeros veinte días de este año, se habrían registrado cuatro suicidios de funcionarios a nivel nacional.
El presidente nacional de AGETPRO, Marcelo Vergara, reveló que el problema de la salud mental de los funcionarios se ha venido agravando con el último tiempo, lo cual estaría relacionado con la carga laboral de los gendarmes, con altos niveles de peligrosidad, además de intensos y extenuantes regímenes de turnos, condiciones de vulnerabilidad y exposición a la agresión.
“Hay funcionarios que trabajan en turnos de día por medio que son quienes conviven con los internos. Ellos están las 12 horas sin salir, en las cuales hay peleas con cuchillos, sables, casi todos los días, arriesgando el funcionario su vida”, reveló.
Mientras que los funcionarios que están en las garitas, quienes utilizan armamento, trabajarían más de 20 días, situación que generaría cuadros de tensión: “Ahí empieza el estrés y eso gatilla en que el funcionario está tantas horas solo arriba con armamento y se suicida, o en sus piezas se ahorcan”, acota Vergara sobre las condiciones de trabajo que serían sometidos los gendarmes.
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