En el proceso de recuperación normal de una persona semiahogada, la hipoxia es irreversible. Por tanto, el factor determinante del pronóstico neurológico es la rapidez con que se instaura la reanimación cardiopulmonar y se recupera la respiración espontánea y la contracción cardíaca. En consecuencia, un tratamiento de reanimación debe iniciarse siempre en el mismo lugar del accidente.
Generalmente se desconocen antecedentes del accidente por inmersión, debido a que los rescatistas no saben cuánto tiempo lleva la víctima sumergida. No obstante, hay algunos datos que hay que tener en cuenta que entregó la Policía de Investigaciones (PDI):
Lo más importante es extraer a la víctima del lugar del ahogamiento e iniciar prontamente las medidas de reanimación.
El tratamiento de reanimación debe iniciarse en el lugar del accidente.
Si la víctima comienza a toser o a escupir agua por su nariz y boca, hay que ponerlo de lado, esto ayuda a evacuar el agua de los pulmones. Además, debe mantener la cabeza más baja que el resto del cuerpo, lo que reduce el riesgo de que el agua retorne a los pulmones.
Factores de mayor riesgo de ahogamiento:
- Lactantes, menores de edad y adultos mayores sin vigilancia en bañeras o piscinas.
- Embarcaciones poco seguras o inadecuadas para condiciones climáticas adversas, carentes de dispositivos flotantes.
- Consumo de alcohol cerca o dentro del agua.
- Enfermedades preexistentes (epilepsia, problemas cardiacos, etc.).
- Catástrofes naturales como inundaciones.