El presidente Sebastián Piñera promulgó este jueves la ley de pago a 30 días, iniciativa que había sido despachada por el Congreso en diciembre pasado. De esta forma, se busca garantizar que las pequeñas y medianas empresas reciban el pago por sus servicios en el lapso de un mes.
Eso sí, habrá un período de transición que permitirá ir adecuándose a la normativa e ir reduciendo los plazos de 60 a 45 días, para así llegar finalmente a los 30.
Pero eso no es todo, la ley establece la guía de despacho “electrónica obligatoria”, lo que permitirá controlar el proceso y evitar inconvenientes a través de un seguimiento desde el momento en que se despacha la mercadería hasta que se recibe el pago.
La normativa establece además, intereses y multas al deudor en caso de que no cumpla con los plazos.
Una ley que viene a transformarse en un respiro para las más de un millón de pymes que existen en el país, y que históricamente se han visto agobiadas por el extenso tiempo en que las grandes cadenas pagan sus compromisos –que incluso se extienden a 120 días en algunos casos- y donde también los organismo públicos han dado un pésimo ejemplo al incumplir en sus pagos.
De esta forma se busca corregir una grave distorsión del mercado y poner orden en un materia que hoy perjudica a las mipymes del país, que son una fuente laboral importante. La ley les permitirá una mejor planificación y gestión de recursos, generando menos inconvenientes a la hora de cumplir con sus propios compromisos.
En otras palabras, de esta manera se apoyará y facilitará el crecimiento de las pymes, para que generen un mayor aporte al dinamismo de la economía, emparejando la cancha en una materia tan sensible como es el pago oportuno.