La zona central del país está comenzando una de varias olas de calor que se vivirán durante este verano, lo que puede traer efectos nocivos para la salud, especialmente en niños y adultos mayores.
La doctora Nelly Baeza, directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, explica que el calor extremo puede generar una profunda deshidratación.
“Dado que el cuerpo reduce su temperatura a través de la sudoración, cuando estamos sometidos prolongadamente a calor, nos deshidratamos y todos los procesos internos del organismo se ven afectados. Por ello el calor excesivo y prolongado puede incluso provocar la muerte”, asegura la facultativa.
Los síntomas, añade la experta, de los efectivos nocivos del calor son graduales y afectan a todos los sistemas: dolores de cabeza, mareos, debilidad, cambios de humor como la irritación, confusión o inhabilidad de pensar claramente, dolores de estómago, vómitos, orina disminuida o de color oscuro, desmayos, piel pálida y pegajosa.
Entre las afecciones que se pueden presentar, está la hipertermia o golpe de calor, que es una enfermedad peligrosa, donde la temperatura corporal puede superar los 41°C en minutos. Los síntomas pueden incluir piel seca, pulso rápido y fuerte, y mareos.
También se puede sufrir de agotamiento por calor. Los síntomas son sudoración profusa, respiración rápida y pulso acelerado y débil. A esto suman calambres o espasmos musculares que ocurren durante el ejercicio intenso.
La profesional no descarta que producto del calos e pueda sufrir un infarto al miocardio, ya que en personas hipertensas, el exceso de calor puede desencadenar déficit de irrigación en el corazón.
Asimismo, los niños y los adultos mayores son más vulnerables al calor porque tienen mecanismos de compensación insuficientes: “Los menores por inmadurez y al final de la vida por el proceso degenerativo, agrega la directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central.
Tome medidas
Entre las recomendaciones personales para pasar los días de calor están mantenerse a la sombra en lugares frescos; usar ropa ligera, la menos posible; beber líquidos cada 15 minutos; comer liviano, de preferencia platos fríos; descansar durante las horas de calor, dormir siesta, ducha agua fría o templada.
En los hogares es necesario generar estrategias para mantener fresca la casa, para ello es importante tener buenas cortinas, por la mañana ventilar y dejar entrar aire fresco, luego cerrar todo; mantenerse con ventiladores a la sombra y volver a abrir en la tarde-noche para refrescar nuevamente; proteger las ventanas por fuera ayuda a que el calor no entre al inmueble.
En cuanto al ejercicio, los deportistas y las personas que tienen actividad física regular conocen los riesgos del calor y los manejan con una adecuada hidratación. Las personas en riesgo son los sedentarios, que deben iniciar la actividad física bajo supervisión, nunca en solitarios.
Si comienza con síntomas similares a los descritos, tiene que consultar en un servicio de urgencia para que le ayuden y diagnostiquen adecuadamente.
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