No queda nada para el Año Nuevo y el invitado que no puede faltar es el cotillón, elemento que genera -solo durante estas fiestas- aproximadamente 1000 toneladas de basura, la que tiene un porcentaje no menor de plástico, elemento que en los estudios más optimistas han determinado que tiene un periodo de degradación de 400 años.
A raíz de esto nació la campaña “Chile sin cotillón”, la cual llama a celebrar Año Nuevo sin generar miles de toneladas de basura.
El docente de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental de la Universidad San Sebastián, Felipe Díaz, manifestó que “en los estudios más optimistas han determinado que tiene un período de degradación de 400 años y en los más pesimistas miles de años e incluso que jamás son degradados en su totalidad”.
Agregó que “estos desechos plásticos en el tiempo son transformados en microplásticos que eventualmente ingresan al organismo de las personas, a través del sistema respiratorio o gástrico por alimentos contaminados. Los efectos en la salud aún no han sido determinados completamente, pero ya se han visto efectos en células cerebrales, y en las hormonas reproductivas”.
Estos dos puntos, fuegos artificiales y cotillón, son parte de las tradiciones de fin de año, que, a la luz de los nuevos estudios e impactos en el medio ambiente y salud de las personas, deberían ser considerados tanto por las autoridades como por las personas para disminuir sus efectos negativos en las futuras generaciones.
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