Llegué a vivir en Rancagua hace seis años y comencé a buscar un colegio que me diera confianza, y éste me gustó: buenos resultados y no discriminación al acceso, un colegio de verdad.
Científicamente el rendimiento académico de los establecimientos está ligado íntimamente al capital cultural de los padres de los niños, y esa tendencia se quiebra aquí significativamente. Para entender este análisis no puede ser limitado al rendimiento, puesto que sólo es el producto de una multitud de procesos integrados. ¿Qué hace esa diferencia? En Ciencias Sociales se conoce el efecto de la cohesión al interior de sus estamentos, y la integración de la mejor armonía entre esos estamentos. Es un sistema de sistemas, donde la labor docente es importante, pero sólo es viable en un entorno sistémico adecuado, y con un clima laboral idóneo cuya garantía recae en dirección.
Organizacionalmente sabemos que ese desempeño sistémico se explica bastante por la identidad del establecimiento: uso orgulloso de los colores institucionales, respeto de las ceremonias que dan sentido al colectivo (religiosas, porque laicismo no es ateísmo, a pesar de la pereza intelectual que no entiende la distinción; y no religiosas, como el aniversario del colegio, o estilo de celebración de Peña, etc.), pero también al esfuerzo individual reconocido frente al resto (ceremonias de premiación frente a la comunidad escolar). Además de tener a los padres involucrados, obviamente, dado que no existen colegios exitosos con padres invisibilizados o silenciados; son ellos quienes al optar por el colegio dan sentido a su existencia.
De acuerdo con los datos en Mineduc, el colegio tiene tres veces la vulnerabilidad de otro en las cercanías, pero resultados muy similares. ¿Cómo pasa eso? En parte, con los incentivos a la asistencia del Estado y la Cormun; pero otro espacio no menor es del equipo de Convivencia Escolar, y de Integración Escolar, entre otros miembros de equipos de la Escuela. Ellos dan el soporte relacional para que las docentes, en su conocimiento clínico de las niñas, sumado a su perfeccionamiento para hagan germinar los aprendizajes.
Es de esperar que el colegio continúe su éxito, se puede respetar los derechos de las minorías, y el derecho de las mayorías, como a la identidad religiosa, ése es el espíritu culto de laicismo; sumada la promoción del orgullo de ser parte de una comunidad que se integra, se favorece el resultado. En ingeniería de procesos, se puede colegir que, por funcionar bien, la alteración en cada componente que da valor pone en riesgo el éxito logrado, y el análisis simple deriva en los actores antes señalados que tienen resultados probados en la garantía del desarrollo de las niñas.
Francisco Javier Larraín Sánchez
Docente e Investigador
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