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Inmigración venezolana: "Éramos felices y no lo sabíamos"

VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales


Yenny y Alberto, emigraron de Venezuela empujados por la crisis económica y de inseguridad que atraviesa su país de origen.


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En solo dos años los venezolanos se transformaron en la comunidad de inmigrantes más grande en Chile, desde el 2015 el flujo de migración desde el país caribeño se acrecentó considerablemente debido a la compleja situación que atraviesan, donde la escasez y la inflación han empujado a sus habitantes a buscar nuevos horizontes.

Yenny Atacho, llegó a Chile hace casi un año y trabaja como asistente de operaciones en una empresa de transporte en la región de O’Higgins, tiene estudios universitarios en educación de párvulo y relata que abandonó Venezuela empujada por el ambiente socioeconómico y la inseguridad, “ya uno no podía andar tranquilo por la calle, aparte de eso la situación económica, los alimentos, hay mucha escasez (…). Y ya lo que uno gana como profesional te alcanza solamente como para una semana, entonces todo eso te obliga a buscar en otro país”.

Tras un viaje por tierra que duró nueve días, Yenny llegó a Chile junto a tres de sus hermanas y dos sobrinos pequeños de 4 y 8 años: “La experiencia es fuerte pero vale la pena (…) uno cuando viene es un camino incierto, no sabes lo que te espera, como te van a recibir, pero siento que hay que tener valor para hacerlo”, recuerda.

Por razones similares, Alberto Marchan abandonó Venezuela hace tres años, cauto y planificado como se reconoce, analizó los países a los que podía migrar y eligió Chile por su estabilidad económica y las oportunidades laborales a las que podía optar como consultor SAP, actividad que actualmente realiza en la empresa Agrosuper: “Yo ganaba por sobre el promedio de los venezolanos, en una empresa en la que todos quisieran trabajar (…) pero la situación del país se tornó cada vez más difícil, así que yo me vine con la necesidad de buscar nuevos horizontes”, comenta.

Alberto llegó en abril del 2015 a Chile y en noviembre logró reunirse con su esposa y sus dos hijos, quienes viajaron al país para pasar las fiestas de fin de año con él y optaron por quedarse. Tras varios trabajos en Santiago llegó a Agrosuper donde destaca el compromiso que existe como empresa en la integración de los inmigrantes.

Aunque ambos reconocen que en Chile han sido bien recibidos y han encontrados oportunidades, sus voces adquieren tintes nostálgicos al recordar su Venezuela natal y la difícil situación actual del país. Alberto, con la voz quebrada lanza un dicho venezolano: “Éramos felices y no lo sabíamos”,  agregando que “así decimos nosotros en Venezuela para referirnos a esa época” cuando eran un país estable y próspero económicamente. Por su parte, Yenny, quien tiene un positivismo constante, refleja en su expresión la angustia cuando habla de la parte de su familia que aún está en Venezuela: “Yo a veces estoy comiendo y pienso ¿qué estará comiendo mi mamá?, y se me pone el corazón pequeño”.

Sobre sus expectativas para el futuro, Yenny piensa quedarse en Chile y espera la oportunidad para “desarrollarme acá en mi carrera, en lo que es mi especialidad en la parte profesional”. En tanto, Alberto se muestra más dubitativo al momento de responder si quiere quedarse o regresar a su país, “la pregunta me ha pasado por la cabeza pero todavía no tengo una respuesta” agregando que se concentra en el presente donde tiene un buen trabajo y su familia está bien, aunque, “yo siempre tengo la esperanza que las cosas en Venezuela se acomoden (…)”.

 

 


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