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Editorial

[Editorial] El futuro (¿incierto?) de la Carretera de la Fruta

JUEVES, 22 DE NOVIEMBRE DE 2018
Publicado por

Equipo de Corresponsales



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La Asociación de Ribereños ha encabezado la molestia porque el proyecto de mejoramiento de la Carretera de la Fruta comprende un trazado por la orilla del río Cachapoal, entre el puente Peumo y Las Cabras. Acusan aumento de los costos y daños irreparables a los predios en caso de inundación en invierno. Han golpeado puertas, hablado con autoridades, exigiendo volver al trazado original (la orilla del cerro), pero a la fecha siguen esperando una respuesta que los deje conformes. Por ahora estudian movilizaciones de mayor magnitud e incluso interponer acciones judiciales que paralizarían el proyecto.

Parlamentarios han hecho eco de esta demanda. Por ejemplo, Juan Luis Castro espera reunirse con el ministro del MOP y exigir frenar la licitación; mientras que la diputada Alejandra Sepúlveda desecha ambas opciones y plantea una tercera: La construcción de un túnel.

En el norte de esta discusión no se debe olvidar lo necesario que es el mejoramiento de la Carretera de la Fruta, una ruta clave para el tránsito de mercaderías desde la región de O’Higgins y el puerto de San Antonio; y que hoy se potencia además, como una ruta que aporta al desarrollo del turismo.

Las mejoras buscan tener un impacto en materia de seguridad y también en los tiempos de viaje, de una ruta que pasa por tres regiones –Metropolitana- Valparaíso y O’Higgins- y por siete comunas.

Por ello, las nuevas autoridades se han visto en la obligación de acelerar los procesos para concretar este proyecto y, en este sentido, han hecho un llamado a licitación más atractivo para las empresas y así evitar el bochorno de febrero, donde no hubo oferentes.

Pero también, este proyecto ha debido enfrentar críticas y cuestionamientos, los que la autoridad debe salir a enfrentar y aclarar, si quiere evitar un conflicto mayor en el futuro. Por ejemplo, aún faltan explicaciones públicas respecto a la decisión del cambio de trazado, que implica un aumento de costos; y por el gasto público por la expropiación de predios que se utilizarían para el mejoramiento que estipulaba el primer trazado.

La necesidad de mejoras de la Carretera de la Fruta no está en discusión. Cómo hacerlo sigue generando diferencias que solo amenazan con obstaculizar el proceso o que se lleve a cabo bajo un clima hostil que solo terminaría perjudicando los tiempos y la concreción final de las obras.

Por ello, es tarea del gobierno enfrentar las críticas, disipar dudas y darle normalidad a un proceso necesario para el desarrollo y crecimiento de la región.


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