Por lo general a las mujeres se les recomienda autoexaminarse las mamas para detectar un posible cáncer, pero pocas veces se coloca el énfasis en la palpación axilar, considerando que un posible tumor podría haber drenado hacia los ganglios linfáticos de las axilas.
Antonia Toledo, presidenta de la Fundación de Pacientes Nuevo Renacer, que agrupa a personas con esta enfermedad, explica que “algunas veces un cáncer de mama se puede propagar a los ganglios linfáticos de las axilas y causar una hinchazón o protuberancia, aún antes que el tumor sea lo suficientemente grande para poderlo palpar o tocar”.
Agrega que en el país la mortalidad por cáncer metastásico creció en 37% en los últimos años. “El diagnóstico precoz es muy importante y por eso se recomienda realizarse el examen de autoexploración una vez al mes, el que además de la mama debe incluir las axilas por si hay un ganglio inflamado al recibir el drenaje de un tumor en la mama”, explica Toledo.
La autoexploración es la ducha sería clave ya que con el agua jabonosa sería más fácil encontrar anomalías. Al igual que con la mama, para examinar la axila se deben hacer movimientos circulares con la yema de los dedos, tratando de determinar la presencia de masas, engrosamiento, abultamientos o zonas blandas.
También se pueden revisar las axilas en posición recostada: una vez acostada se debe colocar una almohada o una toalla enrollada bajo el hombro, luego colocar la mano detrás de la cabeza con el codo elevado. Con la extremidad contraria, examinar el pezón con movimientos circulares con la yema de los dedos, prestando especial atención a la zona que va de la mama a la axila y la axila misma.
“Todas las mujeres con cáncer de mama, sin importar en la etapa de la enfermedad en que se encuentren, tienen derecho a todos los tratamientos disponibles en el país. La mayoría son jefas de hogar entre 40 y 65 años, son abuelas o tienen hijos pequeños”, agrega la presidenta de la fundación.