En octubre comienza el uso intensivo de plaguicidas, con el objetivo de combatir la aparición de plagas que puedan afectar irremediablemente las plantaciones agrícolas.
Si bien su uso resulta beneficioso para el sector agrícola, podría tener un efecto negativo en la salud de los trabajadores que realizan las faenas si no se utiliza de forma correcta.
Según explica el especialista Senior de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), Rómulo Zúñiga, se debe tener especial cuidado en las etapas de elaboración y aplicación de estos químicos. Para ello, las empresas deben conocer la normativa que regula su uso.
«Los riesgos tienen que ver con el ingreso del producto al organismo a través de la piel, vías respiratorias, digestivas, oculares e incluso a través de heridas”, detalla el especialista, ya que podría ocasionar -en el peor de los casos- intoxicación aguda.
Este cuadro queda en evidencia al presentar síntomas de hipersudoración, debilidad muscular, náuseas, vómitos, taquicardia, cefalea, e incluso convulsiones.
El profesional de la ACHS sostiene que estos síntomas debieran ser reconocidos de forma inmediata por los prevencionistas y personas a cargo de la aplicación de plaguicidas al interior de las compañías “de modo que sepan cómo actuar frente a estas alertas”.
Para evitar este tipo de hechos, Zúñiga sostiene que las empresas deben “contar con un personal capacitado para la aplicación de estos productos”, así como “respetar todas las medidas preventivas indicadas en las normativas vigentes y descritas además en la etiqueta y hoja de datos de seguridad del plaguicida”.
Además, se debe contar con equipos de protección personal como ropa impermeable, lentes o máscaras que cubran el rostro, guantes de puño largo de goma, nitrilo, neoprén o látex, botas con suela antideslizante, entre otros elementos.
Recalca además que jamás se deben usar utensilios domésticos “para realizar las tareas de preparación de mezclas, las cuales se deben realizar en lugares acondicionados con este fin”.
Asimismo, para evitar la expansión del plaguicida y optimizar su uso, “se recomienda no aplicarlo cuando los vientos superan de 8 km/h o cuando la temperatura sea muy alta y la humedad muy baja”, explica el especialista.
Zúñiga sostiene que “si bien la fiscalización es importante, la única forma efectiva de reducir las intoxicaciones por plaguicidas es que las empresas adopten entre sus valores la seguridad y el cuidado de sus trabajadores”, concluye el experto de la ACHS.
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