Este 5 de octubre se conmemoran 30 años desde la realización del plebiscito de 1988, instancia en que el país decidió democráticamente dejar atrás los 17 años de dictadura militar de Augusto Pinochet, para dar paso al proceso democrático, que inició oficialmente con las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1989.
Aquel 5 de octubre los chilenos decidieron por una amplia mayoría acabar la dictadura, de hecho, según la información oficial el universo electoral habilitado para votar en la ocasión ascendió a 7.435.913 personas, y del total de votos escrutados, el ‘Sí’ obtuvo el 43,01 % y el ‘No’ el 54,71 %.
Pero ese proceso se vivió en un clima de incertidumbre. De hecho, muchos dudaban de la transparencia de las elecciones, e incluso se acusaron intentos de manipular los resultados.
En la región de O’Higgins uno de los que participó activamente en el proceso de campaña para acabar con la dictadura fue el hoy alcalde de Rengo, Carlos Soto. En aquel entonces el edil fue parte de la agrupación de ‘Jóvenes por el No’, que buscó concientizar a la gente sobre la importancia de emitir su sufragio.
“Son 30 años de una fecha histórica. Yo fui dirigente regional y comunal de los Jóvenes por el No”, recordó el hoy alcalde.
Sin embargo, si bien tuvo una participación activa en el histórico hecho, señaló que “he sido reacio a involucrarme en cualquier actividad, más allá de que estoy dispuesto a participar de cualquier actividad que llame a la reflexión, porque creo que eso es lo importante”.
En ese sentido, Soto aseguró que es momento de “dejar de mirar hacia atrás, de buscar los culpables del 11 de septiembre, de quién mató gente, quién no, creo que hoy hay que aprender”.
Por ello recalcó que hoy su trabajo es “propender a producir un reencuentro en el país, con justicia, sin impunidad”.
Finalmente, la autoridad aprovechó de destacar el trabajo que se hizo durante la época. “Siempre se hace recuerdo de los grandes políticos que estuvieron, pero quiero reconocer a la gente anónima, como yo, los que salieron a la calle, a los jóvenes que estuvieron puerta a puerta, porque no fueron los políticos, fue la gente que buscó darle la seguridad a la gente para que se inscribiera y con un lápiz y papel acabara con la dictadura”, concluyó.
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