Los incidentes registrados durante la mañana del jueves en el Liceo Aplicación, en Santiago, dejaron cinco carabineros heridos, luego que fueran atacados con bombas molotov y objetos contundentes.
Nivel de violencia que fue duramente rechazado desde La Moneda. El presidente Sebastián Piñera, calificó el hecho como » indignante e inaceptable” y se preguntó si ¿tiene que morir alguien para que reaccionen?
Por ello, recordó que la próxima semana se presentará un proyecto ley que faculta a los directores de establecimientos a expulsar a quienes protagonicen estos actos de violencia.
Por su parte, la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, aseguró que presentarán las querellas correspondiente para perseguir judicialmente a los responsables.
Pero no solo basta con condenar públicamente este acto de violencia. Se debe analizar el tema de fondo: El ataque contra Carabineros pone en tela de juicio la forma en que como sociedad nos relacionamos con las instituciones, la autoridad y, especialmente con las policías.
Este nivel de ataque que ha sufrido Carabineros y que se ha repetido con distintos grados de violencia en el último tiempo, es la peor señal. Hace unos días, por ejemplo, cuatro carabineros fueron heridos al ser atacados con perdigones en Melipilla, en los disturbios que rodearon la conmemoración del 11 de septiembre pasado.
La pregunta que debemos responder es cómo evitamos que este tipo de hechos se repita. Es necesario entonces que la legislación establezca mecanismos que permitan respaldar y resguardar la labor de las policías. Pero para ello se necesita con urgencia de mayor voluntad política para poder avanzar en esta dirección.
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