A las 15 horas del próximo 1 de octubre, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) llevará a cabo la lectura del fallo de la demanda marítima interpuesta en La Haya por Bolivia, y que busca obligar a Chile a negociar un acceso al Océano Pacífico en favor del país altiplánico.
Desde La Moneda hicieron un llamado a la unidad y para ello ya se establecieron coordinaciones con distintos personeros que han estado, de una u otra manera, involucrados en este proceso. El objetivo es mantener un discurso unitario en la previa de la sentencia así como cuando se conozca el fallo.
Mientras que el presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que «a partir del 1 de octubre habrá una nueva historia para Bolivia y Chile, serán las nuevas relaciones diplomáticas, para que los acuerdos se cumplan».
En medio de este litigio, hay dos factores que se deben considerar como base para adoptar una resolución: El apego irrestricto al derecho internacional y el respeto a los tratados limítrofes vigentes.
Por ello, los chilenos debemos esperar con tranquilidad el fallo de La Haya, en relación que no existe compromiso previo alguno para negociar un acceso al Océano Pacífico para Bolivia. En este sentido, la defensa nacional expuso argumentos sólidos para demostrar que no existe fundamento jurídico en la demanda boliviana.
Más allá de lo que resuelva La Haya, la relación entre Chile y Bolivia debe mirar al futuro, en pos de la integración, desarrollo y progreso de sus habitantes. Eso obliga a dejar las rencillas históricas de lado, entendiendo y aceptando que los temas limítrofes entre ambos países ya fueron zanjados en el Tratado de 1904.
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