La historiadora nacional Lucía Santa Cruz fue una de las expositoras del seminario internacional de la Fundación Para el Progreso (FPP) denominado “Liderazgos para el progreso en el siglo XXI”.
En el contexto de esta actividad realizada en la comuna de Santa Cruz, la miembro del directorio del Banco Santander y del consejo del Instituto Libertad y Desarrollo, conversó con diario El Tipógrafo apenas arribó a Colchagua desde la capital.
La otrora editorialista de diario El Mercurio compartió sus conceptos sobre la educación en Chile y los niveles de pobreza en el país.
“Se dice que en el último gobierno (de Michelle Bachelet) se garantizó el derecho a la educación, pero el derecho a la educación en Chile está garantizado hace muchísimo tiempo, no existía ningún impedimento a que las personas recibieran educación escolar gratuita, accesible para todos. Ahora, este derecho era muy restringido en la práctica porque los años de escolaridad promedio hasta los años 70, más o menos, eran cuatro años para los niños chilenos. Las personas que iban a la universidad, al igual que en muchas partes del mundo, eran poquísimas, 3%”, explica Lucía Santa Cruz.
La historiadora, referente intelectual de la derecha chilena, precisa que “antes de la revolución liberal, ese 3% de universidades gratuitas que educaban a la elite, que era la única que terminaba la educación media y que tenía acceso a la universidad, se llevaba prácticamente la mitad del presupuesto educacional de la nación. Yo creo que la gente se olvida cuan tremendamente injusto era Chile cuando existía un sistema económico, político, social distinto”.
Integrante de numerosos directorios de empresas a lo largo de su vida, Lucía Santa Cruz ha sido testigo, en sus 74 años de edad, de los cambios sociales que ha experimentado Chile. En su conversación establece un antes y un después en la forma de vida del país que está marcada por el golpe de Estado de 1973. “La mitad del país vivía en la línea de la pobreza, pero la juventud hoy día no sabe de qué estamos hablando cuando hablamos de los pobres de entonces. La pobreza consistía en no tener suficiente proteína y, por lo tanto, sufrir daños cognitivos por malnutrición”, expresa. “Chile en 1970 tenía la mortalidad infantil más alta de Latinoamérica después de Paraguay. La diferencia entre los pobres y los ricos antes era la diferencia entre los niños que podían sobrevivir y los que morían porque no tenían alcantarillado ni agua potable; morían de cólera a los dos años, entonces la evolución es dramática. Hoy día, de ese más de 45% de pobres se ha reducido a 11%, que a mi juicio es mucho”, explica.
Lucía Santa Cruz añade que “son más de 2 millones de chilenos que viven hoy día bajo la línea de la pobreza, (pero) a otro nivel de pobreza, sin desnutrición, pero igual es inaceptable. A mí juicio no reciben suficiente atención porque no son numéricamente significativos”.
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