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La experiencia del miedo: ¿Es considerada la evidencia neurocientífica en el sistema de justicia?

MARTES, 17 DE JULIO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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¿Ha visto un conejo iluminado por una linterna o las luces de un auto? Si la respuesta es sí, probablemente recordarás al animal inmóvil e incluso recuerdes haberte preguntado ¿por qué no huye? Frente a situaciones intimidantes las personas también pueden experimentar un tipo similar de inmovilidad.

La actividad cerebral del miedo domina como un mecanismo de supervivencia.

En la respuesta del miedo, la posible vía del cerebro que origina esta respuesta está determinada por regiones como la amígdala, que origina las emociones, el hipotálamo asociado a la memoria, entre otras áreas. Ante una amenaza potencial o real, el cerebro, en específico la corteza prefrontal, nos permite pensar racionalmente y evaluar, por ejemplo, si existe una vía de escape expedita o si alguien puede brindar ayuda inmediata. Sin embargo, los mediadores químicos y hormonales, por consecuencia de la reacción al miedo, impactan en la corteza prefrontal, provocando que nuestro juicio racional se altere, generando reacciones tardías, reflejas y marcadas por la experiencia previa, debido a que los circuitos del temor toman el control.

Durante esta evaluación y como resultado, puede darse literalmente, el “congelarse” de miedo.

Frente a un abuso sexual, el inmovilizarse puede ser involuntario, pero no pasivo. Durante este periodo, la víctima agudiza los sentidos, aumenta su estado de alerta, sus pupilas se dilatan y se desencadena una respuesta hormonal que prepara al cuerpo para luchar o huir. Por lo tanto, no es una reacción de renuncia, sino de preparación.

Los sobrevivientes de ataques sexuales son cuestionados por otros, quienes pueden ser la policía, la familia, los amigos ¿Luchaste? ¿Gritaste? ¿Por qué no saliste corriendo?

Varios relatos de parte de víctimas muestran que algunos pelean y otros – no responden – durante el ataque sexual. Entonces, ¿la normativa y la práctica jurídica consideran la variedad de respuestas, por la cual todos somos valorados como atacantes o víctimas? ¿La formulación legislativa y aplicación de normas jurídicas cumplen con el criterio de asesoramiento científico? La reflexión al lector. La neurociencia puede aportar con explicaciones sobre los comportamientos de victimarios y víctimas de delitos sexuales que permitan una mejor valoración de las pruebas en los procesos judiciales y que garanticen una adecuada administración de justicia.

Dra. Karina Bravo Flores
Académica Instituto de Ciencias de la Salud
Universidad de O’Higgins


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