Preocupantes datos dejó de manifiesto la última Encuesta Suplementaria de Ingresos, elaborada por el INE.
Por ejemplo, el salario promedio en la región de O’Higgins llega a $461.340, cifra que se ubica bajo la media nacional que, según el INE, se sitúa en $554.493. Además, en la VI región la mitad de los trabajadores gana menos de 340 mil pesos; y la brecha de sueldos promedios entre hombres y mujeres es casi del 20%.
Este último dato no se debe pasar por alto, ya que ayuda a entender la desigualdad estructural que existe en las oportunidades para hombres y mujeres en Chile.
Aunque cada vez se reconocen más las capacidades de las mujeres, llegando a cargos o jefaturas impensadas hace años atrás, aún ellas deben lidiar en el día a día con obstáculos y desafíos en ambientes laborales históricamente permeados por una cultura machista, que muchas veces se refleja en el nivel de remuneración, donde por igual cargo y responsabilidad, no existe igualdad de sueldos para hombres y mujeres.
Según cifras de la OCDE, en Chile las mujeres percibían casi un 15% menos de sueldo que los hombres. Datos que están en línea con la realidad de la región de O’Higgins.
Diferencias en las remuneraciones que se evidencian en los cargos más altos, particularmente en el sector privado donde -al no ser los sueldos datos públicos- existe más espacio para una diferencia de remuneración.
Pero esta inequidad no se evidencia solo en el pago, además, en los tipos y calidad de trabajo a los que hombres y mujeres pueden optar, ya que ellas tiene más posibilidades de tener empleos vulnerables.
En la práctica las mujeres hoy se siguen encontrando con obstáculos en un mundo laboral que se mueve bajo ciertas percepciones que tienen que ver con una cultura machista. Por ejemplo, al hablar de maternidad, en la sociedad chilena aún se le asigna a la mujer el rol del cuidado del hijo. Además, las cargas a las empresas relacionadas solo a la mujer influyen en este indicador, por ejemplo, los costos asociados al cuidado de los hijos o la contratación de las salas cuna.
Y aunque la Ley Laboral establece la igualdad salarial entre hombres y mujeres que desempeñan la misma función, esta normativa ha sido compleja de llevarse a la práctica. Porque finalmente las empresas enfocan la decisión en los aspectos relacionados a los costos; más que en la ventajas de contar con las capacidades de las mujer en su organización.
La brecha salarial seguirá siendo un tema presente mientras no cambien aspectos estructurales, culturales y reglamentarios del mercado laboral chileno.
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