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Columnas de Opinión

Un país de ética lumpenizada

VIERNES, 22 DE JUNIO DE 2018
Publicado por

Columna de Opinión



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Hace unos días, un grupo de delincuentes asaltó y dio muerte violentamente a una trabajadora para robarle 5 mil pesos y un celular, siendo extremadamente agresivos y riéndose tras el asalto. Luego, una vez encarcelados, fueron agredidos, torturados y grabados; más que nada fue su condición de inmigrantes la que primó en ese trato.

En ciencias sociales nos referimos a grupos sociales sin identidad de clase, cuyas lealtades no están referidas a su situación objetiva de clase como lumpen. Donde una persona que gana doscientos cincuenta mil pesos y que es abusada laboralmente, despreciada por pobre defiende los intereses de quien le explota, incluso violentamente. Gente que desprecia a otros de clase trabajadora como él, y se preocupa de socializar como deseables los intereses de quienes “dan trabajo”, cuando son los trabajadores los que entregan el trabajo por una remuneración. Estas personas, además, tienden a no asociarse, a desconfiar de lo que no otorga riquezas ni entrega estatus prestigioso.

Cuando partió nuestro sistema previsional lo que se garantizó es que los trabajadores serían lumpen manipulable antes que un grupo que cautelase sus intereses. Incluso hablaban de empresas que quebraban por huelgas (en la vida real son cero), hoy desean verse como futbolistas cuya estética es evitable en un callejón oscuro. Total, tienen plata; para qué les voy a contar que no educan en control de impulsos a sus hijos.

Con explicaciones propias del lumpen la gente dejó de votar, dejando a mucho lumpen en cargos de representación popular, donde un exportero de boite que raspaba la olla (al parecer, no sólo en lo figurativo) defiende desde una posición no racional (la favorita del lumpen) el piropo artero, como si él fuese un referente. Ya lo imagino recibiendo a las artistas del local…

Estamos demasiado lumpenizados, desde la estética (la gente se uniforma de «flaite»), el consumo (los productos son feos y asociados a estratos populares no integrados, la ropa “juvenil” de moda no es para parecer joven, es para ser usuario de controles de identidad frecuentes), los llamados al egoísmo individualista y la no agrupación, asociación y sindicalización. Las policías justifican su actuar en la lógica del lumpen cuanto están en la calle, ratificando que siempre se les haya clasificado en ese concepto.
Finalmente, estamos tan lumpenizados que nos alegramos que los delincuentes delincan y le llamamos justicia.

 

Francisco Javier Larraín Sánchez

Docente e Investigador.


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