«No, no damos agua a perros”. Esas fueron las palabras que el dueño de Olliver y su amiga recibieron tras pedir a uno de los jóvenes que atendía la cafetería, tras solicitarle agua para el perro guía.
La mujer que acompañaba a la pareja contó a Exmouth Journal, que insistió precisando que Oliver era un perro de ayuda, «pero ellos simplemente dijeron ‘no’ y se marcharon», contó.
Su dueño relató que “hacía mucho calor, él había estado trabajando y lo habíamos quitado del arnés para una carrera libre. Me quedé desconcertado: a cualquier perro se le debe permitir beber, pero también es un perro de trabajo (…) Olliver no quiere volver otra vez. La situación lo puso bastante triste», detalló.
Por su parte desde la cafetería dijeron que investigarán y que «cumplimos con la legalización del acceso para perros guía en todas las tiendas», sin embargo puntualizaron que sobre el tema «no podemos tener nuestros propios cuencos de agua para perros en la tienda por razones de salud y seguridad».
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