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Las graves consecuencias que genera la excesiva extracción de áridos por falta de fiscalización

MARTES, 19 DE JUNIO DE 2018
Publicado por

Jaime Castañeda

Editor El Tipógrafo

Esta situación acarrearía una serie de efectos negativos en materia ambiental, en el cauce del río y en la infraestructura.


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En abril pasado, el Tribunal Ambiental de Santiago autorizó la detención de funcionamiento de las actividades extractivas que la empresa Áridos Cachapoal Ltda. realiza en el río Cachapoal.

La medida fue solicitada por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) al Tribunal Ambiental luego de constatar que la empresa estaba extrayendo áridos en zonas en las que no contaba con Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Además, en aquellas en que sí estaba autorizada, no poseía los permisos ambientales sectoriales necesarios, además de otros incumplimientos ambientales.

Esta situación, según la SMA, implicaba un riesgo ambiental, generado por la alteración del cauce del río Cachapoal, incluyendo la afectación de defensas fluviales y de las fundaciones del puente bypass en la zona.

La extracción de áridos en Chile es una actividad que carece de regulación única, existiendo normas dispersas en distintos cuerpos legales.

La Ley Nº 19.300, Bases del Medio Ambiente, ha consagrado referencias expresas a la extracción industrial de áridos. Por ello, toda extracción que revista caracteres industriales deberá someterse a un procedimiento de evaluación ambiental.

En este sentido, actores ligados al sector manifiestan su preocupación ante una probable sobre explotación de áridos, relacionados principalmente a que algunas empresas estarían sobrepasando los límites de volúmenes autorizados.

¿Cómo funciona el proceso?

La normativa vigente establece que quienes autorizan la extracción de áridos son los municipios, que deben -primero- solicitar una visación técnica de la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas.

El seremi del MOP en O’Higgins, Moisés Saravia, explica que “en cualquier extracción de áridos que se quiera hacer en el curso de un río tiene que elaborarse un proyecto técnico que defina las cantidades que se van a sacar y los lugares específicos, con las coordenadas absolutamente definidas». Es ese informe el que se presenta a los municipios, quienes finalmente realizan el requerimiento a la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP para que que vise técnicamente el proyecto.

Una situación que en la práctica carece de una inspección previa adecuada. Así lo reconoce el seremi del MOP, quien detalla que “acá hay un equipo muy reducido de profesionales que van a terreno y verifican que el proyecto que se está presentando cumple con las condiciones técnicas para poder ejecutarse, es decir, que las coordenadas que se entregan son las adecuadas, que los montos que especifican sacar son los que corresponden de acuerdo a la ubicación específica, en fin. Y de acá se da una visación al municipio”.

Junto con ello aclara que “el Ministerio de Obras Públicas y la Dirección de Obras Hidráulicas no tienen la capacidad para ir a hacer inspecciones de que esto se esté ejecutando adecuadamente. Se va esporádicamente a chequear que se esté cumpliendo con las visaciones que se han hecho de acuerdo a las solicitudes planteadas por los municipios pero no tenemos nosotros un equipo que esté permanentemente vigilando que esto se cumpla”. Por lo tanto, agrega Saravia, “los municipios, en teoría, debieran ser los que estarían fiscalizando” la correcta extracción de áridos.

Pero en las comunas tampoco estarían en condiciones de fiscalizar correctamente. “La información que nos han dado algunos municipios que han venido justamente a plantearnos su inquietud respecto a esto es que ellos tampoco tienen la capacidad de fiscalizar, pero sí tienen la capacidad de paralizar una obra”, explica.

Negativas consecuencias

Una extracción de áridos que no se ajuste a la norma puede acarrear consecuencias negativas, influyendo en el deterioro de las condiciones del río. Por ejemplo en materia medioambiental, produce la degradación del río, asociada a la profundización del cauce; afectando la vegetación ribereña nativa.

Pero uno de los efectos más importante de la sobre extracción es que produce inestabilidad en las obras de infraestructura, como puentes, ductos o bocatomas.

Así también, tiene otras consecuencias relacionadas con el normal curso de las aguas. “El tema de posibles inundaciones, los ríos funcionan de forma natural y arrastran los sedimentos de forma natural y los ubican en ciertos sectores, entonces si yo vengo y saco áridos de un sector definido, obviamente voy a cambiar el curso natural que el río tiene y lo voy a desplazar a un lado o a otro y eso pudiera traducirse en peligros de inundación bajo una crecida del río”, detalla la autoridad regional.


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